Bienvenidos a la era de la tecnología, donde la realidad virtual, los televisores 4K y el 3D están al orden del día. Aunque no lo parezca, vivimos una época rica en invención, aunque apenas se concentre en los grandes tecnológicos como son Samsung, Apple o Huawei. Pero hoy les vengo a hablar de la tecnología que se desarrolla en la España profunda, concretamente, de una novedad presentada durante esta semana en el Museo de la Ciudad de Antequera, la llamada “Sala Inmersiva 360 grados”.
La idea es buena, ¡quién no va a querer algo así en su ciudad! Una habitación, cuatro paredes, desde la que se proyectan una serie de imágenes que nos “envuelven” para situarnos como protagonistas de la escena. En este caso, el tema que ha “debutado” es la Semana Santa, nuestras tradicionales vegas, aunque en el futuro nos podremos sumergir en el Torcal, el Caminito del Rey o incluso Los Dólmenes de Antequera.
Recalco, la idea es buena, buenísima. Poder experimentar, en pleno centro de Antequera, de un solsticio en una ceremonia funeraria en el Dolmen de Menga… ¡Imaginen! Hasta aquí lo bueno. Frenen la euforia. Lo mejor de las tecnologías es que si se usan con cabeza, pueden ser geniales; lo peor, que si no se hace, el ridículo puede llegar a ser… por así decirlo… bastante notable.
En una sala 360 grados –que ya se encuentran en otros sitios de España– debe proyectarse un contenido que conserve un mínimo de calidad de imagen, porque de no ser así, la experiencia es nula. ¿Cómo vamos a tener una buena experiencia con una imagen poco visible? Además, ése no es el único inconveniente que nos podemos encontrar en un sitio así.
El lugar debe estar completamente preparado y, de la misma forma, es preferible –de hecho, imprescindible– que la sala sea circular y que incorpore una cúpula geodésica (las típicas de los planetarios) para que la imagen no se distorsione y no veamos, en este caso, un trono doblado o una cara deformada.
El proyecto es bueno, la idea es fantástica, pero se deberían pulir determinados detalles para que la experiencia inmersiva sea completamente satisfactoria para todo aquel que visite la sala.