Estimados lectores: En este XII Domingo del Tiempo Ordinario nos encontramos ante un Evangelio peculiar. No es una parábola, un milagro, es más bien una exhortación con mucho énfasis: ¡No tengáis miedo!
Aún recuerdo aquellas palabras que ya santo, Juan Pablo II, dio al inicio a su pontificado: “¡No tengáis miedo! ¡Abrid, de par en par, las puertas a Cristo!”. Esta frase que ha pasado a la historia y que sigue siendo actual, nos impera a dejar a un lado ese temor o miedo al mundo y buscar sinceramente a Dios. Es cierto que en el mundo hay muchos “manjares” apetitosos que nos apartan la mirada para seguir los pasos de Cristo: el dinero, el poder, la fama, la vanagloria, el acomodamiento, y un largo…
Todos esos falsos dioses nos apartan del amor que Dios nos tiene; pero cuando una persona abre sus puertas a Cristo y se deja enamorar por Él, entonces encontramos en la vida un sentido especial y divino de esperanza, amor, alegría y fe. Esta realidad no hace que las pruebas desaparezcan, pues son parte del camino de la vida, sin embargo, con la ayuda de Dios es posible superarlas, ¿por qué? Porque Dios Padre en Jesús mora en tu corazón con la fuerza del Espíritu Santo. ¡No tengáis miedo! ¡Vuestro Padre del cielo sabe en cada momento lo que necesitáis, hasta los pelos de vuestra cabeza están contados!
Aparentemente el camino fácil y angosto es el que lleva a la felicidad, pero equivocados se ven cuando los que se miran dentro de sí, comprueban que la felicidad no lo trae el dinero, el poder o la fama, la felicidad es comprobar que estás lleno de amor y de paz contigo mismo sabiendo que haces lo que tienes que hacer en cada momento para gloria de Dios y bien de tu prójimo; eso crea un ambiente humano y fraterno de caridad universal frente al alma perdida que sólo ve por el ojo de su obligo.
El camino estrecho y difícil es el que te hace madurar como persona y es el que te llena de valores para donarte y ofrecer tu vida por aquel que más lo necesita en ese momento; eso es lo que hemos aprendido de Jesús crucificado, regalamos vida a pesar de poner en peligro la nuestra… pero ¡no tengáis miedo!
hermano Raúl Sánchez
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