Tras la publicación, allá por el mes de agosto, de algunos oficios desaparecidos, prometí que trataría, en otros artículos, uno de los oficios más conocidos y que abundaban por doquier. Se trata del “Oficio de Pregonero”.
Durante mucho tiempo, hubo, en cada población, un “Pregonero Oficial” del ayuntamiento que, de esquina en esquina, dictaba mandos, órdenes de la vida municipal, o avisaba al pueblo de la pérdida de objetos o de animales: anillos, monederos, perros, mulos, burros… con la conocida fórmula de “De parte del señor Alcalde, se hace saber que…” y con la trompetilla que le caracterizaba. Anunciaban hasta la hora aproximada de la réplica de un terremoto, para que los vecinos estuviesen atentos y preparados. Los niños solíamos seguirlos por todo el pueblo, ya que, al no ser la enseñanza obligatoria, como lo es hoy, no teníamos otra cosa mejor que hacer.
Ejemplo de pregón oficial: “De orden del señor Alcalde, se hace saber: Que mañana viene una fiesta en… (se dice la localidad) y hay que acudir todo el mundo. También se hace saber que se venden tomates y sardinas en Casa de Isabel. Venden sardinas, tomates y manzanas”. Pero lo que más nos interesa hoy está más relacionado con unos pregoneros que, a voz en grito, iban anunciando sus mercancías por las calles y que, hace sólo cincuenta años, era una práctica habitual y cotidiana.
Había muchos pregoneros y en su mayoría eran hombres de campo que venían a los pueblos o ciudades para vender sus propios productos de sus huertas y sus granjas, generalmente sin control sanitario; o bien, ofrecían sus artesanales artículos manufacturados que al no tener un lugar donde depositarlos, se veían obligados a pregonarlos por las calles.
Normalmente se les conocía por el “tío de…”. El primer apartado de los pregoneros lo constituye la alimentación que se suele dividir en cuatro grupos:
– Artículos alimenticios de uso cotidiano y alimentos básicos.
– Artículos alimenticios relacionados con productos de temporada.
– Artículos alimenticios destinados al público infantil.
– Artículos alimenticios relacionados con el vino.
Solían deambular por las calles de los pueblos que visitaban con una periodicidad determinada, para que los vecinos estuviesen atentos. Pondré ejemplos de algunos pregoneros con sus coletillas que he podido recuperar por los pueblos de nuestra provincia:
El tío del “pescao” (pescaero):
“Vivitos y coleando,
son de la barca.
Boquerones de la barca,
de la Farola son,
los boquerones frescos.
Niñas llevo las sardinas pa´salá.
(para salar o asar).
El tío de los molletes:
¡Molletes calentitos y tiernos,
van calientes los molletes!
¡Y van que vahean!
El tío de las arencas:
¡Niiiñaaaa las arencas!
El tío del helado:
¡El rico´laaao!
¡Helao, mantecao, helaaao!
El tío de las arropías, (arropiero):
¡Niños, arropías por trapos.
¡Vamos, chaveas, tirarse al suelo!
¡Romper los baberos!
¡Que aquí está Perico, el arropiero,
arropías por trapos, muchachos!
El tío de los barquillos, (barquillero):
¡El barquillero¡
¡Al rico barquillo de canela!
El tío del pirulín:
El “pirulín” de la Habana:
¡El rico pirulín de la Habana!
El trapero:
¡El traperoooo!
¡Niñas, se cambian globos
por trapos vieos!
El tío de los piñones, (piñonero):
¡Niños y niñas,
llorad por piñas,
que el piñonero
se va a Sevilla!
¡Niños y niñas,
llorad con ganas,
que el piñonero
se va mañana!
¡Tirarse al suelo,
que vuestras madres
os den dinero!
El tío de los gallitos de caramelo:
¡Mira, mira,
mira Mariquilla!
¡Que los gallitos,
los vendo a perrilla!
¡Mira Estanislao,
que los gallitos
los doy regalaos!
El tío de los merengues:
¡Ya está aquí,
el tío de los merengues;
el tío de la merengá,
con sus buenas merenguitas,
a perrila y nada más,
para que las niñas puedan chupar!
¡Chupa, chupa, chupa!
El quincallero:
¡Niñas, llevo las tiras bordás,
los encajes y los hilos,
tijeritas y dedales!
¡Niñas, el quincallero,
cintas, peines, dedales y botones,
agujas, hilos de bordar y coser!
¡Llevo encajes y lazos,
tiras bordás, horquillas y alfileres,
peinecillas, tijeras, pasadores,
y agujas de crochet!
El afilaó:
¡Chururíiin chururáaan,
el afilaó!
S´afilan cuchillos y navajas,
estijeras y jerramientas,
¡niñas, el afilaó!
El sombrillero:
¡Er sombrillerooo, niñas,
se componen sombrillas,
sombrillas y paraguas,
se componen.
¡Er sombrilleeerooo!
El cerrajero:
¡Se gobiernan cerraúra y llaves,
puertas, cómodas y baúles!.
El colchonero:
¡Er colchoneeerooo,
se apañan los colchoooneees,
se cambian los jierros viejos,
se estirazan los muelles,
se remiendan las telas,
se componen los somieles! (Somieres)
¡Se estirazan los muelles
de los colchones,
niñas, pa que botéis en la cama!
El tío de los limones y naranjas:
¡Vendo naranjas chinas,
chinas y mondarinas,
calejillas de las güenas
que son de canela mis naranjillas,
niña, que llevo limones,
que son de los callejones,
niñaaaa!
El tío de la cal:
¡A la cal blanca, niña,
que se va el tío!
El tío de los nardos:
¡Niñas, llevo las varas de nardos,
las dobles, las que huelen,
las violetas, los llamanovios,
las marimoñas, las floripérez!
El tío de los caramelos:
¡Muchachos y muchachas,
asomarse a la ventana,
que traigo los chupetitos,
de izquierda republicana!
¡Venid, muchachos, venid,
con la perrilla en la mano,
que el tío de los caramelos
aquí os está esperando!
¡Muchachos, tirarse al suelo,
romperse los baberos,
que se va el tío de los caramelos!