José Crispín Arriaza ‘Crispi’ siempre será recordado en el Fútbol Sala Español. Más de 20 años como profesional en este deporte le avalan y en el Pabellón Fernando Argüelles tuvimos la suerte de disfrutarle vistiendo los colores del BeSoccer UMA Antequera. Tras una temporada más alejado del terreno de juego, Crispi decidió retirarse en 2019. Ahora, Crispi afronta una nueva etapa en su vida, aunque el Fútbol Sala seguirá estando presente, ya que su objetivo es ser entrenador. Aboga por “la virtud de la paciencia” y por el “trabajo, ilusión y pasión”, tres valores que resumen la carrera de Crispi, resultando ser el ejemplo de cientos de chavales de la cantera del UMA Antequera y del primer equipo.
Los deportistas tienen una fecha de caducidad. Es una profesión con un final anunciado. Es por ello que siempre hay que tener un ‘Plan B’, una alternativa con la que continuar tu vida.
Sobre esto y otros aspectos del Deporte hablamos con Crispi (Málaga, 6 de octubre de 1978), un deportista que ha hecho historia en el Fútbol Sala español tras 20 años compitiendo al más alto nivel y que es bien conocido en Antequera. En la última Gala del Deporte de 2019 de nuestra ciudad fue obsequiado con una distinción especial.
“Me sorprendió este premio. Se lo agradezco a Manolo Barón, Eugenia Galán y el jurado. Después de tantos años defendiendo a Antequera me hizo muy feliz”, nos manifiesta Crispi sobre este galardón. No ha sido el único reconocimiento que Crispi ha recibido en Antequera. En el Fernando Argüelles también fue homenajeado en la última jornada liguera de la pasada temporada con motivo de su retirada como jugador profesional.
Sobre dicho homenaje, Crispi rememora: “Fue bonito, emocionante, un gran detalle del club, sobre todo fue especial porque me acompañó mi familia. Mi mujer está a mi lado desde los 18 años, hemos formado una familia a través del Fútbol Sala. Eso es de agradecer. Y que mis hijos también me vieran en mi tierra en Primera División y lograr dos ascensos me llena de satisfacción. Que ellos vean un ejemplo en mí es un orgullo como padre”.
Estos premios en el final de su carrera son fruto de una trayectoria impecable con el sacrificio como bandera. Los últimos años compaginaba su trabajo, como jefe de almacén en Correo Exprés, con el Fútbol Sala, lo que no impedía que Crispi siguiera siendo ejemplo para todos sus compañeros aunque no jugara.“Era consciente de que seguía siendo un líder y tenía que demostrarlo aunque no me vistiera de corto. Darle a los chavales tranquilidad en momentos duros, ilusión, trabajo, fuerza a nivel mental, decirles que lo estaban haciendo bien aunque no salieran los resultados y había que seguir trabajando. No he tenido unas grandes dotes técnicas, pero a nivel mental y táctico he sido bueno, algo que compensaba mis carencias. Eso se lo he transmitido a los chavales. Sin trabajo, esfuerzo y humildad no puedes conseguir nada en la vida”, resalta Crispi.
Crispi se ha ganado el respeto del Fútbol Sala partido a partido, como diría el ‘Cholo’ Simeone, día tras día, entrenamiento a entrenamiento: “Me he ganado una confianza dando el cien por cien en los entrenamientos, siendo yo siempre. Me he ido ganando ese respeto. Los chavales me pedían consejo. Saben que me apasiona la parcela táctica, todo este deporte… estos últimos años he sido un entrenador dentro de la cancha”.
¿La fórmula del éxito? “Trabajo, ilusión y pasión”
Jugar hasta los 40 años no está al alcance de cualquier deportista por mucho talento o capacidad física que tengas ¿El secreto de su éxito? Así lo define el propio Crispi: “Trabajo, ilusión y pasión. En todo momento. No es fácil estar hasta los 40 años compitiendo. Esta pasión que tengo por este deporte es lo que me ha hecho seguir. No ha sido fácil compaginar el tema laboral con el deporte, era mucho sacrificio, pero la pasión me daba fuerza y energía cuando me faltaba”.
Crispi reconoce sentir un “privilegiado” porque ha hecho lo que le ha gustado y le ha permitido formar una familia y encaminarme un futuro. “Lo que he conseguido es más de lo que soñaba cuando tenía 15 o 16 años y jugaba a Fútbol Sala y Fútbol 11”.
En este sentido, respecto a su paso por el equipo de su tierra, el UMA Antequera, Crispi guarda un cariño especial: “El Fútbol Sala me ha formado como persona y el UMA Antequera ha rematado ese desarrollo en mí, sobre todo a nivel académico. Me tiré diez años fuera donde no tenía esa inquietud, y al volver a la UMA fui consciente de la importancia de estudiar y me animaron a formarme. Me saqué un módulo superior en actividad física y deportiva y una graduación en Educación Primaria y Educación Física. Estoy muy agradecido por eso”.
“Mi ilusión es entrenar al BeSoccer UMA Antequera en Primera División”
Pero todo eso ya queda atrás. Ahora Crispi afronta otra etapa. El malagueño lo tiene claro. Su gran meta es conseguir ser entrenador de Fútbol Sala profesional, un deporte que tanto ama y que le ha formado como persona. “Mi objetivo es ser entrenador, transmitir los conocimientos que he ido aprendiendo durante mi carrera. Mi ilusión claramente es entrenar al BeSoccer UMA Antequera en Primera División. Si no puede ser, tendré que irme fuera de Málaga, pero mi ilusión es esa. Sé que tengo que formarme, tener la virtud de la paciencia ahora y esperar”, confiesa el malagueño.
Por el momento, Crispi se meterá de lleno en la cantera del UMA Antequera haciéndose cargo de un equipo cadete y otro juvenil. Además, espera echar alguna mano en el primer equipo: “Mi idea es aportar mi granito de arena en todo lo que pueda. Están Moli y Tete, y el cuerpo técnico está diseñado desde hace varios años, por lo que habrá que esperar para entrar. A mí me gustaría, eso está claro”.
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