A pesar de las dificultades y limitaciones, el profesorado del Instituto de Educación Secundaria Pedro Espinosa de Antequera se ha volcado en actividades, proyectos e ideas para que este siga siendo un año en el que aprender y estudiar merezca la pena.
Con todas las adversidades que nos plantea la pandemia, los retos educativos son aún mayores. Es momento de hacer esfuerzos, y el alumnado también ha sabido adaptarse para seguir adelante con su formación en unas condiciones que, ciertamente, no son sencillas ni las que todos desearíamos.
Una de las enseñanzas que más han sufrido con la pandemia son las de Formación Profesional, ya el curso pasado vieron cómo las deseadas prácticas fueron sustituidas por un proyecto, y este curso las expectativas no se presentaban mucho mejor, ya que es complicado encontrar empresas que quieran recibir alumnado en una situación tan complicada.
Especialmente dañado ha estado el Ciclo Formativo de Atención a Personas en Situación de Dependencia, ya que su colaboración con centros de la comarca era muy estrecha. Así lo explica su profesora Marina Fernández Blanco; “Desde las residencias o la ayuda a domicilio en principio nos dijeron que nuestros alumnos no podían realizar allí sus prácticas, porque tenían que estar vacunados”. Afortunadamente, “conseguimos después de mucha lucha que se les fueran administradas junto al resto de los trabajadores de estas empresas, aunque se planteaba un problema añadido porque algunos alumnos son menores de edad, con lo que quedaban excluidos”.
Con todo “aún seguimos trabajando para poder adjudicar empresas para todos nuestros alumnos”. De hecho, todos los que se encontraban realizando su formación en centros de la provincia de Córdoba fueron obligados a interrumpir su labor por una directiva transmitida por sus autoridades.
Hasta ahora, además de las prácticas, los alumnos hacían salidas frecuentes a las residencias de mayores de la localidad o distintas asociaciones, que en buena medida han tenido que ser sustituidos por videoconferencias o cartas. “Nada puede sustituir el calor humano, pero el empeño de estos profesionales y de nuestro profesorado hace que al menos haya un contacto”, señalan desde el centro docente.
Marina Fernández Blanco insiste en la importancia de las prácticas, “porque sustituirlas por trabajos teóricos, como sugiere al Junta de Andalucía, no tiene mucho sentido en estas enseñanzas. Es una profesión muy demandada actualmente, pero antes de comenzar a ejercerla hay que estar muy preparado y eso solo se consigue con una experiencia previa en estos lugares”, concluye.
El restaurante cerrado y la comida a domicilio
También lo tiene complicado el profesorado del Ciclo de Hostelería. Con el restaurante cerrado, no han parado de dar vueltas a la cabeza hasta encontrar una forma donde quepan el protocolo Covid y las tan necesarias prácticas.
Es así como desde el pasado noviembre el alumnado está preparando comida para llevar. “La otra opción que teníamos era tirar la comida, lo que no nos parecía correcto, y además ésta es una forma para financiarnos, ya que la aportación que nos ofrece la Junta es una mínima parte”, señala su profesor Juan Matías del Moral.
El servicio se ofrece una vez a la semana y está abierto al profesorado del instituto, que contribuye así a la formación de los alumnos y hace posible que se acerquen a los fogones. “Lamentablemente, aunque estén desarrollando su formación, nunca se puede comparar a la que reciben con el comedor abierto”, se lamenta.
“La educación se mantiene de un modo semipresencial, por lo que un grupo viene una semana y el otro a la siguiente, por lo que van a estar la mitad del curso”, indica el docente. A pesar de todos los esfuerzos, “estamos pudiendo comprobar que no tiene nada que ver un curso normal con éste, los alumnos no van a salir igual de preparados este año que en cursos anteriores”, se sincera Del Moral.
Afortunadamente, en este caso también se ha conseguido “que todos los alumnos de segundo estén realizando sus prácticas en empresas”. Para lograrlo “hemos tenido muchos problemas, porque algunas lamentablemente han cerrado y otras han estado en ERTE”.
La selección del lugar idóneo para que el alumnado salga bien formado se ha complicado, y por eso hemos tenido que seleccionar establecimientos que no se ajustan tanto a lo que habitualmente buscamos”, concluye. “No significa que sean negocios malos o donde no se trabaje bien, sino que a lo mejor no cumplen con todos los pasos que consideramos necesarios para una completa formación”, aclara.
Desde el punto de vista teórico, Juan Matías del Moral está dirigiendo dos líneas de investigación con sus alumnos, a través de dos Grupos de Trabajo donde profesorado y alumnado investigan sobre Personajes gastronómicos en la Antigüedad y la Cocina Popular de Málaga.
En el primero se han establecido tres líneas temporales de estudio: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna, divididas por épocas y el alumnado profundiza en el estudio de quién descubrió una técnica culinaria o una forma de ver, pensar o entender la gastronomía de esa época que en cierta forma, revolucionara o aportase un cambio significativo digno de destacar.
En el segundo se están centrando en recetas que se hacen en sus pueblos, que hacen sus familiares y que no queremos que se pierdan con el tiempo. Han concluido la fase de recopilación de recetas, y ya han comenzado a elaborarlas, documentando el proceso. Estas recetas se están difundiendo en los perfiles de redes sociales con las que cuenta el instituto, contribuyendo así a su recuperación.
Los Ciclos de Informática tampoco son beneficiados
Y aunque pudiera parecer que los Ciclos de Informática fueran los grandes beneficiados de la pandemia por la necesidad de técnicos especialistas en redes y aplicaciones, en este caso tampoco ha sido sencillo. “Antequera no es una ciudad de gran tamaño, es una ciudad en la que la mayoría de nuestros colaboradores son tiendas pequeñas que también están sufriendo económicamente o cuyo espacio limitado en sus tiendas les hace temer a la hora de tener a una persona más”, exponen desde el IES Pedro Espinosa, asegurando que “a pesar de las adversidades, el centro sigue trabajando en numerosas ideas y proyectos intentando cubrir las necesidades formativas de nuestro alumnado”.
Como en toda la sociedad, la llegada de la vacuna y la inmunización de la población es la gran esperanza que tienen en la actualidad los centros formativos de la ciudad que, como en el caso del IES Pedro Espinosa, están siendo ejemplares.