La memoria colectiva está despierta, recuerda, y trata de gestionar una de las mayores tragedias de España, el atentado del despertar de Europa a la amenaza yihadista. Los atentados del 11-M en Madrid fue una dura llamada de atención y un giro tremendo en el enfoque de España y Europa en la lucha contra el terrorismo.
Los atentados del 11-M no tiene precedentes en España. Todo desgraciadamente era nuevo, la manera de ejecutarlo, por su impacto social y político. Parecía que Europa estaba muy lejos de Estados Unidos que había visto caer sus emblemáticas torres gemelas.
Un despertar abrupto, trágico. 192 muertos y cerca de 2.000 heridos. Aquí , ese instante, seis horas después, el ministro del Interior Ángel Acebes, con rostro hierático, comprensible en aquellos momentos, convoca una rueda de prensa. Sonaba las 11,30 de la tarde del 11 de marzo del 2004. La investigación va a ser larga aunque en un momento de esas horas coge velocidad inusitada Y el ministro Acebes pronuncia la frase: “ETA buscaba una masacre en España” Y en este momento la desinformación inunda el espacio. Ese que puede perjudicar a unos partidos y beneficiar a otros. Es necesario que los votantes instalen en sus cabezas las siglas de los buenos. Esto será decisivo. Es aquí cuando se gesta la gran mentira.
Llamadas a directores de periódicos. Caso omiso a mandos policiales que apuntan a un atentado de origen yihadista. Poner en tela de juicio la investigación de la policía estuvo muy feo. El temor de que los votantes, faltaba tres días para las elecciones generales, sumaran dos mas dos, es decir, unieran el apoyo de Aznar a la guerra de Irak con el atentado, era totalmente negativa para su partido. El atentado de ETA les favorecía, el de los yihadistas no. El impacto emocional de los votantes era imprevisible. Aquí queda la historia para que sea escrito el resultado. Por muy poco que indaguemos veremos lo que en verdad ocurrió.
