Hoy es el día de la patrona de la ciudad de Antequera, Santa Eufemia de Calcedonia, virgen y mártir. Hoy la Iglesia está de fiesta puesto que celebra el ofrecimiento de una vida hasta la sangre por Cristo. Hoy es día de sentimientos fundidos en una ola de sensaciones y de recuerdos, de pasiones que pasaron y de personas que ya no están con nosotros y que tan solo con nombrarlas viene a mi memoria la venerada imagen de la virgen y mártir calcedoniense.
Hoy es día de recordar a tantas mujeres de mi familia que llevaron a gala el bendito nombre de Eufemia y es que esta mártir calcedoniense también fue por un tiempo patrona de todas las pedanías y anejos que Antequera tenía y entre ellas entraba mi pueblo Fuente de Piedra. Mi tatarabuela, mi tía, 4 ó 5 primas… son las que a gala llevaron y llevan el bendito nombre de esta Santa.
Son muchos los lazos que me unen con Santa Eufemia y el más importante es, que hoy se renueva mi ¡sí! confiado, mi ¡fiat!, puesto que tal día como hoy en el 2010, con la venerada imagen de Santa Eufemia en la parroquia de San Sebastián y ante el sacerdote que guió mi vocación desde ese día, le entregué al Señor mi ‘’dispón de mí y haz de mí lo que tú quieras’’ y con ello mi futura entrada a la que hoy es mi casa, el seminario de San Pelagio de Córdoba.
Hoy es día también de agradecer, de que los ángeles suban a los cielos inundados de alegría por nuestra parte y a la vez, llenos de agradecimiento para ponerlo todo en la presencia de Nuestro Señor y su bendita madre, la Santísima Virgen de las Virtudes. Es día de agradecerle muchísimo al Señor por la vida heroica de Santa Eufemia, por su protección y patronazgo sobre nuestra ciudad y sobre cada uno de nosotros, de los que estuvieron y de las generaciones futuras ‘’Antequera por su amor por patrona te venera, dale Eufemia, dale a Antequera, consuelo ayuda y favor…’’
Hoy es día de recuerdos, de alabanzas, de agradecimientos, de peticiones, de miradas perdidas al cielo de nuestra ciudad, es día de lagrimas contenidas y de besos compartidos, de oraciones tras una reja mínima, de preguntas sin respuesta…
Pero hoy, nada es igual, todo es distinto, las miradas, las palabras, todo lo que gira alrededor del convento de las mínimas hoy se convierte en plegaria, todo se convierte en oración, porque Santa Eufemia, no es un ayer que pasó sino un hoy que pasa.
Hoy es día de llevar con tesón y orgullo (pero no de vanagloria) el mote de ‘’eufemio’’ si Eufemia por Cristo derramó y ofreció su sangre, llevemos este mote sabiendo que nuestra vida debe y tiene que ser ofrecida por Cristo ¡cada mañana! puesto que la sangre derramada por Cristo es semilla de nuevos cristianos.
Antequeranos y antequeranas, coloquémonos al cuello la medalla de cordón blanco y grana, señas de pureza y martirio de nuestra patrona, coloquémonos el lazo grana en el hombro, pero también coloquémonos en el corazón un sentimiento, el agradecimiento, puesto que esta mártir calcedoniense, hizo que nuestra ciudad, la muy noble y muy leal ciudad de Antequera, desde la reconquista de manos del Infante Don Fernando ‘’el de Antequera’’ fuera de nuevo CRISTIANA.
“Tenemos una Madre que es la de Dios, y todo lo puede…´´(Santa Angela de la Cruz). Unidos en la Oración mutua.
MIGUEL ÁNGEL MOLINA
