La Cofradía del Viernes Santo se congregó este domingo 25 de enero para honrar a su titular mariano con motivo de la festividad de La Paz.
Una solemne misa, presidida por el padre capuchino Alfonso Ramírez, comenzó a las 20 horas en la Basílica del Dulce Nombre de Jesús y María Santísima de La Paz. El sacerdote se basó en lo que significa Paz hoy en día, y lo que representa la advocación del mismo nombre de la cofradía antequerana.
Al acto acudieron directivos, cofrades y de votos de la Virgen de La Paz, que a su término, pudieron besar sus manos, ya que la imagen bajó desde su camarín hasta el presbiterio del templo.
Todos los presentes, como siempre, quedaron prendados de la hermosura de la Virgen que realizara Miguel Márquez en el siglo XIX. Además, esta cofradía es una de las que mejor gusto tiene a la hora de preparar los altares, sin excesivos barroquismos, pero con acierto, clase y elegancia.
Como se pudo comprobar en el día del Dulce Nombre de Jesús, la basílica está de nuevo en perfecto estado, tras las pequeñas reparaciones que se han tenido que desarrollar por pequeños desperfectos por la obra anexa.
