Tras ser campeón de España en salto de pértiga en sub-16 y sub-18, comienza su etapa en sub-20. En marzo competirá en Antequera de nuevo y quiere ir al Mundial de Cali. Su lema: “Trabajo, paciencia y humildad, que es lo más importante para poder ser alguien en todo, ya no en el aspecto deportivo sino académico y como persona”. Son palabras del joven de 17 años que estudia y entrena en Soria con el olímpico Javier Gazol, tras su paso por Antequera.
Tiene 17 años, desde el 2010 está relacionado con Antequera donde su madre es profesora de Educación Física en el Pedro Espinosa, así como él cursó estudios en el María Inmaculada, donde guarda buenos amigos. Este año se ha ido a Soria para aprender y tener como entrenador personal al olímpico Javier Gazol con quien emprende el reto de estrenarse en la categoría sub-20 y poder llegar a lo más alto. Además de volar con su pértiga, lo hace también con su forma de ser: atento, ilusionado con su progresión y soñando con ser guardia civil, oncólogo y sentir el himno de España representando a su país en una competición mundial, dedicándoselo a su padre, Francisco José Bastida Lozano, con quien siente pasión, admiración y agradecimiento.
Estuvo en Navidad por su tierra, entrenando en el Centro de Atletismo, donde espera estar en marzo en su nueva categoría de sub-20. “Estoy pasando frío en Soria (sonríe). Estudio Segundo de Bachillerato en el Antonio Machado y me ha permitido venirme aquí a un centro de alto rendimiento para poder compaginar tanto los estudios como el deporte”.
Le ofrecieron ir a Soria y al preguntar “¿quién está allí?, me dijeron que Javier Gazol y dije ‘me voy de cabeza’. No podía perder la oportunidad”. Es quien le ayuda ahora a progresar: “Así es, Javier Gazol ha sido atleta olímpico, ha ganado varios europeos, tiene su mejor marca en 5’65 metros”.
Todo tiene un origen ¿Dónde nace la pasión por el atletismo? “Yo fui jugador de balonmano, me flipa este deporte a día de hoy. El atletismo nació después de un mes en el que estuve corriendo en carreras populares. Me metí en un club, conocí todo el mundo del atletismo, que no es solo correr, es saltar… es de todo, y sobre todo disfrutar. Fue curioso porque yo en la vida me había planteado hacer pértiga, pero mi padre se metió mucho en este mundo cuando vio que empezaba a destacar, estaba de juez. Un día dije: ‘Voy a ir a la pista a ver qué estaba haciendo mi padre’. Vi que estaba con el actual campeón de España de pista cubierta, Isidro Leyva, y cuando lo vi dije: Yo quiero hacer eso, yo quiero volar como vuelva él; y así he sido pertiguista”.
¿Cuántos años tenía, Álvaro? “Si mal no recuerdo, porque por la comparativa de edad él tenía la edad que yo tengo ahora, podía tener 13 ó 14 años cuando me decidí por la pértiga”. Ahora tiene Álvaro 17. ¿Lo que más le llamó la atención es que ‘vuela’ con la pértiga?: “Sí, y ésa es una sensación que me encanta y lo digo siempre: más que querer ganar, más que tener ambición en marca, yo voy a disfrutar, verte ahí encima de 5 metros, cayendo, es una sensación que ojalá todo el mundo pudiera probar”.
Una cosa es querer saltar con pértiga y otra poder realizarlo. Tiene que buscar una pértiga, alguien que entrene, ropa… supongo que no es fácil. “Así es y tampoco para toda mi familia; todo lo que se ha arriesgado mi familia, todo lo que ha puesto en mí, económicamente; porque el año pasado nos vimos sin pértigas para yo poder seguir progresando y mi padre tuvo que poner del bolsillo y compramos seis pértigas y hasta siete al final. Y las pértigas no son baratas que digamos”. ¿Cuánto puede costar una pértiga? “De media, de las que estoy utilizando yo ahora que me compró mi padre, de 1.000 euros para arriba”.
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La actitud y aptitud para saltar con pértiga
Se dice que la cabeza es fundamental, pero luego atléticamente tiene que tener unas cualidades, que no sólo es poner la pértiga y saltar. “Yo siempre digo que tú le puedes dar una pértiga a alguien que esté muy fuerte, pero quizá no sea capaz de saltar. Obviamente si estás también muy endeble no vas a ser capaz de coger velocidad, doblar la pértiga y saber impulsarte. Yo creo que son tres factores que son: fuerza, agilidad y la cabeza. La cabeza, yo siempre digo lo contrario, que para hacer pértiga hay que estar chalado, porque colgarte de un palo que te suba para arriba y no saber dónde vas a caer… pero eso también es una broma, porque hay que tener una cabeza increíble”.
De las tres, ¿cuál es la que más trabajo le cuesta dominar? ¿Cuál es la que estás perfeccionando? “Gracias a Dios tengo una cabeza muy muy buena en ese sentido, me lo ha dicho mi entrenador. La que estoy perfeccionando es la fuerza, porque hasta hace tres meses que me vine aquí a Soria era un palillo. En la cuarentena crecí de 1,80, pero pesaba 55 kilos y ahora peso 68. Y tú dices ‘no lo ha cogido mal, porque ha crecido de fuerza, de altura…’ porque he seguido creciendo… Pero la fuerza, sin ninguna duda, es la que más tengo que perfeccionar”.
¿Cuánto mide ahora mismo? “1,82”. ¿Tiene la estatura y el peso ideal a tu edad para esta especialidad del atletismo? “Antes te diría que no, porque había muchos estándares de atletas. Para ser velocista necesitabas medir 1,90 y tener las piernas muy largas… Ahora es lo contrario, el atleta que tenía el récord del mundo antes de que Duplantis se lo quitase, mide 1,80, está muy fuerte, corre muy rápido. Duplantis es como yo”.
Cuando empieza la carrera para llegar al salto, ¿es la parte más compleja? ¿Es donde empiezas a quitarte todo el estrés, todo el nerviosismo? ¿Cómo es ese momento? ¿Cuando alzas la pértiga, en ese momento ya sabes que va a ser bueno el salto? “En mi caso sí lo sé. Si te acercas, no paro de decirme cosas. Estoy con la pértiga y me estoy diciendo: ‘¡Venga, Álvaro, es fácil, venga, va, va’. Me estoy automotivando porque dependes tú de un palo, y depende de que tienes que saltar una altura que está a 5 metros. Para mí esa parte es la más complicada psicológicamente, decir: ‘Álvaro, céntrate en lo que tienes que estar’, porque es una prueba en la que tienes que estar muy centrado, no puede haber distracciones porque si no, mal vamos. Yo doblo la pértiga para comprobar que la puedo doblar, expulso todo el aire que puedo para quedarme limpio… sí, esa parte es la más dura psicológicamente”.
Poca gente vamos a experimentar el salto con pértiga. ¿Qué sensación hay en ese momento en el que estás sobre ella? Empieza el salto, se dobla la pértiga… “Yo creo que no tiene comparación con nada. Con el paraíso, te diría. Es volar, como si tuvieses alas, porque de repente te impulsa la pértiga hacia arriba y realmente estás boca abajo, sin manos ya porque ya no tienes manos en la pértiga, como mucho tienes una, y te ves boca abajo y dices ‘estoy volando’, y te vas para atrás y caes”.
¿Miedo las primeras veces que salta? “Al principio era muy miedica y decía no voy a cambiar de pértiga… porque de coger aquí a coger allí, parece poca diferencia, pero son 30 centímetros que se notan muchísimo. Yo creo que el miedo, más que con entrenamiento y con salto, es con una experiencia personal que te haya pasado en competición o algo. Y esa experiencia la recuerdo muy muy bien, porque fue lo que hizo que yo dijese: ‘Álvaro, si tú quieres ser pertiguista de verdad tienes que cambiar, pero cambiar tú, tu mentalidad, tu forma de todo’”.
¿Pasó algo? ¿Se rompió la pértiga, se cayó…? “Fue otra cosa. He roto unas cuantas pértigas, pero ese miedo no. Fui a una competición con el Unicaja, cuando yo estaba en ese equipo, y fui con los mejores de España: 5,30, 5,40, 5,50… y yo iba con una pértiga que medía 4 metros. Y con eso puedes saltar 4 metros, no puedes saltar más. Y yo salté 3,80 en aquella competición. Me quedé allí sentado viendo y yo veía a uno saltar, a otro… y yo le preguntaba: ‘¿Qué pértiga estás utilizando? ¿qué grosor?’ Me decían: ‘ésta, ésta y ésta’ y yo cogiendo una de 4 metros y ellos 5 metros, y yo una 23 y ellos una 13, que creo que coges una farola de la calle y es más blanda. Llamé a una amiga mía y le dije: ‘Tengo muchas ganas de verte, pero o cojo de aquí a dos semanas tres pértigas más o no voy, porque yo quiero ser pertiguista y al ritmo que voy, no puedo’. Y esa fue la experiencia que me cambió”. ¿Y consiguió las dos cosas? ¿Saltar y verla? “Sí. Habíamos estado de cuarentena, que llevábamos mucho sin vernos y teníamos mucha ilusión porque si no me llevan a llevar a Soria, pues el grupillo…”.
Por cierto, la pértiga que está entrenando ahora mismo, ¿cuánto mide? “4,90”. Y su máxima puntuación en competición, ¿cuál es?: “La máxima es 4,92, pero la hice con una pértiga de 4,60 el año pasado. Esta año sí he empezado ya a coger 4,90. Pero la marca mía es con 4,60, que tiene un pelín más de mérito, entre comillas, porque al tener menos pértiga tienes tú ya que hacerlo todo un poco más rápido”.
¿En este año pasa a la categoría sub-20? ¿Es la última que hay ya antes de la profesional? “Antes sí era así, pero ahora han hecho, gracias a Dios, porque si no se perderían muchos de los atletas que hay, una categoría sub-23, que es que si tú acabas con 19 años como voy a acabar yo la categoría y te tienes que enfrentar ya a un atleta que yo creo que todo el mundo conoce como es Usain Bolt, tú dices: ‘¿dónde vas?’ Es imposible. Ahora han hecho un invento la IAF (International Athletics Federation), una categoría que dura 3 años, es como la transición y acabas con 23 años y dices ‘ahora sí’. Ahora sí eres bueno, te puedes codear con ellos, pero con 19 años eres un chavalín que no te has desarrollado del todo”.
¿Cuál es su mayor éxito hasta ahora? “El mayor título que yo tengo y de lo que más orgulloso estoy, porque era mi sueño desde que me pasó esta experiencia que he contado, era ser internacional. Pude serlo, pude representar a España, que la quiero más que a nada, y quedé primero en el encuentro que se celebró en Frankovic, quedé primero con la Selección Española y quedé primero de la competición”.
Y en España, ¿cuál ha sido su mejor etapa o máximo logro? “Yo me quedo con sub-18, sin ninguna duda con la temporada pasada. Mi padre era el entrenador y eso es un orgullo personal increíble. Me hubiese gustado saltar los cinco metros, pero no pudo ser. Mi padre me ha llevado a mí a ser dos veces campeón de España en pista cubierta y en aire libre, hacer los dos récord de Andalucía, que lo tiene el actual campeón absoluto Isidro Leyva, y eso personalmente te hace la persona más feliz del mundo. Sin ninguna duda me quedo con eso”.
Recordar que en sub-16 ha sido campeón de España con la Selección Andaluza y tres individual. Y en sub-18: campeón de España Pista Cubierta y Récord de Andalucía con 4,81 (mejorado a 4,90 en la ultima competición que se celebró en Antequera), campeón de España en el Campeonato de Federaciones, segundo de España por Federaciones, campeón de España aire libre y récord de Andalucía aire libre con 4,92, campeón de España en el campeonato de clubes con el Nerja tanto aire libre como pista cubierta.
Nos aventuramos a un 2022 con estreno de categoría y objetivos por cumplir. “El Campeonato del Mundo de Cali, que se va a celebrar en Colombia, es el gran objetivo que tengo”. Y para llegar allí ¿tiene que llegar a algún objetivo, alguna marca? “Me piden hacer una marca de 5,05. No me la puedo tomar como marca mínima, ya que la Federación Española siempre suele hacer una cosa que es subir las marcas para asegurarse que los atletas que vayan a estos campeonatos no vayan simplemente a participar, sino a entrar en una final y dar nombre a España. Pero confío en que con trabajo, conciencia.. se puede conseguir”.
Para llegar al 5,05 tiene que superar su medida actual que es de 4,92 metros. ¿Lo veremos en Antequera en marzo? “Me gustaría verlo pronto, creo que con el trabajo que estamos haciendo… mi entrenador es un especialista y un profesional de pies a la cabeza, si no se ve reflejado en el próximo fin de semana que compita o en dos meses, en Antequera sí se va a ver reflejado”.
¿Cómo está España de deportistas como Álvaro en salto de pértiga? Llevamos más de 20 años sin superar el récord de España, 5,81 del olímpico Montxu Miranda. “Como yo ha habido muchos y va a haber muchos, porque campeones de España tiene que haber todos los años. La pena es que alguno que eran incluso mejores que yo, porque yo gané mi campeonato con 4,80, pero el primero tenía 5,20. Ahora lo miras y dices ¡qué pena! porque podía haber sido un grande y lo dejó. Temas personales o otros temas, lo desconozco, pero es una pena ver que hay tanto nivel y a veces yo pienso que es porque a estas edades tú estás ya mirando a una carrera, a un futuro, y muchas veces no se te da la opción de compaginar estudios y deporte”.
Guardia civil y médico oncólogo
Su caso lo comparábamos antes de hacer la entrevista con Momo González. Él decía ‘los estudios, los estudios y el deporte y cuando termine los estudios me dedicaré… En su caso, ¿qué quiere ser cuando termine el Bachillerato? “Me gustaría estudiar Medicina”. ¿Es compatible estudiar Medicina y hacer Atletismo? “La gente me dice que no, pero no hay que hacer mucho caso a lo que te dice la gente. Es arriesgado, porque tener que entrenar a tantísimo nivel, las horas que eso supone, y más una prueba tan técnica… la pértiga te exige tanta tanta técnica que quizá sea complicado”.
¿Cuántas horas le dedica al día? “Ahora una media de 3 horas al entrenamiento. El que más 4, el que menos 2 o incluso menos”. Y cuando empiece a estudiar Medicina, ¿seguirá practicando salto de pértiga? “Sí, yo quiero. No quiero gafarlo, pero ¿porqué no tener el sueño que todo atleta tiene que es llegar lo más lejos posible?”.
La entrevista a un atleta que quiere ser médico…en estos años de la pandemia, nos aventuramos nosotros a decir, que pueda batir el récord de salto de pértiga. Su sueño, ¿qué es lo máximo que le gustaría alcanzar? ¿Oír el himno de España en un mundial…? “¡Se me acaba de poner la piel de gallina! Mi sueño, sin ninguna duda, es poder estar en un podio y que suene el himno de España. Me emociono de imaginarlo”.
Pues mire Momo González, lo consiguió. Terminó los estudios y es un ejemplo. Y personalmente, ¿ser médico? “Me gustaría ser oncólogo, que se lo debo a mi padre. Siempre he tenido mi sueño de serlo. Y a mí me flipa, y tengo un aprecio especialmente a mi padre. Es mi persona a seguir, sin ninguna duda, por todo lo que ha pasado, por todo lo que es y por todo. Él también es guardia civil y yo le he dicho a mi padre, se lo repito siempre, siempre, le digo: ‘Papá, antes de que tú te vayas, me ves vestido de verde’. Sería un sueño, incluso más que ser médico, que mi padre me viera vestido de guardia civil”.
Casi nada: campeón de España de pértiga, médico, guardia civil… “Yo tenía pensado estudiar Medicina en la Academia General, que ya entro de guardia civil cumpliendo mis dos sueños, mis dos objetivos; pero eso implica a lo mejor tener que dejar el deporte, implica otras cosas. Así que como la vida es muy larga, siempre hay tiempo. Así que yo me saco mi Medicina y después, porqué no, darle y darme yo a mí ese gusto de que mi padre me pueda ver cómo él”.
Álvaro, a ese Álvaro y a esa Laura que ahora mismo tiene 12, 14 años, que dice ‘lanzamiento de peso, pértiga, atletismo…’ ¿qué le aconseja después de su experiencia? “Realmente creo que soy lo que soy gracias a lo que he sido. Y me ha salido un trabalenguas increíble. A mí siempre me ha gustado la pértiga desde que lo vi, pero siempre he hecho fondo, lanzamiento, altura, hasta marcha, que quedé cuarto… Le diría que disfrutase del deporte, del atletismo… no tengo nada que reprocharle a mi yo del pasado”.
Gracias. Un nuevo deportista con corazón antequerano y no te hace falta un canal de Twitch ni bailar TikTok, ni tener tantos seguidores, ni grandes tatuajes, ni salir en los medios… Que siga en su vida luchando por esa pértiga, nos ha emocionado esos sueños. Si no recuerdo mal, médico en la academia general, guardia civil, escuchar el himno de España y dedicárselo a su padre y a su madre, profesora del Pedro Espinosa.
Le seguiremos y le esperamos, en marzo de 2022, si en la pandemia todo va bien, ojalá que Antequera pueda verle su estreno de categoría… ¡A seguir aumentando los centímetros! Y para terminar la entrevista, coge carrerilla y quiere mandar un mensaje final: “Me gustaría decir una última cosa, para los chavales que lo vean, que se animen a hacer deporte, simplemente, que lo necesitamos mucho, y que yo no soy aquí ninguna estrella, no me ha puesto Dios ningún pincelito, yo soy una persona normal como todos los niños y niñas de este planeta. Mi lema: trabajo, paciencia y humildad, que es lo más importante para poder ser alguien en todo, ya no en el aspecto deportivo sino académico y como persona”.
¡Qué más decir! El tiempo y la altura dirán si tiene esos logros deportivos, pero desde hoy estamos seguros que el himno de España y el de su familia, así como el himno de la lucha y superación lo estará escuchando todos los días, porque lo tiene todo. Seguiremos contando los éxitos y que cuando llegue al final de todo eso, se acuerde de El Sol de Antequera y sus compañeros del colegio y de Antequera, cómo no. Sigue con esa sonrisa y que lo consigas todo.
Con esta entrevista conocemos un poco más del joven que hoy tiene 17 años y que desde hace cuatro decidió coger su pértiga, dar su primer salto y así una y otra vez hasta ser una de las jóvenes promesas del Deporte. Junto a Laura Aguilera, son los dos atletas más prometedores quienes aprovechan esa instalación que es el Centro de Atletismo Sexto Centenario de Antequera.
Ojalá surjan más como ellos y la ciudad siga incrementando el número de clubes y sea cuna de deportistas, no sólo con medallas y récords, sino con valores como los de Álvaro y Laura. Intuimos que dentro de sus vidas hay muchas historias de superación, como el caso de Álvaro con su padre Francisco José Bastida Lozano, que son un equipo en pista, trabajando juntos para conseguir unos sueños de altura que cada vez se superan más.
