No hace tanto tiempo, un chaval llamado Kiko Olivas disfrutaba jugando a su gran hobby en los campos de fútbol de Antequera, que eran de tierra por aquel entonces. Los años pasaron y Kiko no tardó en despuntar. Su gran pasión, el fútbol, podía convertirse en su vehículo de vida.
El tiempo le ha dado la razón. En la madurez de su carrera, a punto de cumplir 30 años –el 21 de agosto–, Kiko Olivas consiguió este 16 de junio el ascenso a Primera División con el Real Valladolid tras una temporada impecable en el plano individual y un remate espectacular en el colectivo para retornar a Primera con un Valladolid que llevaba cuatro años en Segunda. El futbolista antequerano disfruta ahora de unas merecidas vacaciones, entre las que ha sacado un hueco para atender amablemente a El Sol de Antequera.
No ha sido un camino de rosas. La mayoría del mundo desconoce el sacrificio que conlleva el poder llegar a convertirse en jugador profesional de fútbol, algo que Kiko ha logrado a base de mucho trabajo. “Llevo muchos años peleando por conseguir estar en Primera División. Todos los que empezamos a jugar a fútbol tenemos esa ilusión, ese sueño de poder llegar algún día a lo más alto, pero la realidad es otra muy diferente. El fútbol es muy complicado, hay mucha gente, influyen muchas cosas, y si eres realista es difícil. Poco a poco van surgiendo oportunidades y hay que pelearlas, y eso es lo que he estado haciendo desde que empecé, pelear por conseguir mi sueño, y lo estoy consiguiendo”, subraya.
Kiko Olivas se ha asentado de manera sobresaliente en la categoría del plata del fútbol español, siendo protagonista en cada uno de los equipos en los que ha estado: Málaga, Villarreal B, Córdoba, Sabadell, Girona y Valladolid. La temporada pasada, el antequerano ya ascendió a Primera con el Girona, sin embargo, la oportunidad de demostrar su valía en la elite tuvo que prorrogarse un año más: “Fue un chasco un importante tras conseguir el ascenso. Poder jugar contra los mejores del mundo en Primera División, y que te digan que no vas a poder estar es un palo duro, pero el fútbol también tiene estas cosas, hay que aceptarlas, no todo es como tú quieres. Le dimos las gracias al Girona por todo lo que nos dio y buscamos camino en otro lado. Por suerte, encontramos un buen destino en el que nos han salido las cosas bien, y por suerte podremos disfrutar de la Primera División otra vez”.
De esta forma, Kiko Olivas aterrizaba en Valladolid, un nuevo equipo donde reinventarse y seguir luchando por su sueño: “Mi intención era ir a un equipo grande, que aspirara a lo máximo. Es muy complicado, pero esa ilusión estaba desde el comienzo de temporada. Desde que el director deportivo se interesó en mí, me comentó que había un proyecto bastante interesante y que había posibilidades. El Valladolid es un equipo muy reconocido en España, con muchos años en Primera. Es cierto que llevaba varios años intentando el ascenso, pero por club y entidad es uno de los grandes. Era una ilusión también poder ir a un equipo tan grande y por suerte ha salido todo bien”, relata Kiko sobre su llegada a Pucela.
Y es que a pesar del final feliz, Kiko reconoce que ha sido una temporada difícil: “La temporada para nosotros ha sido muy complicada. Al principio no salían las cosas como queríamos, y algunos resultados no gustaron mucho. El equipo se mantuvo fuerte y unido, y sí es verdad que cuando llegó Sergio, el nuevo míster, el equipo fue para arriba, cambió la dinámica y hemos hecho un final de temporada espectacular, consiguiendo meternos en playoffs y haciendo unos partidos en playoffs increíbles”.
Un gol clave para el octavo ascenso del Valladolid
El paso del Real Valladolid por la liguilla de ascenso a Primera División ha sorprendido a todos. Los blanquivioletas buscaban su octavo ascenso a la máxima categoría del fútbol español tras acabar la temporada regular en quinta posición y colarse en el último momento en los playoffs. Doblegaron en las semifinales al Sporting de Gijón (3-1/1-2), uno de los grandes favoritos a ascender este curso; y en la final, al Numancia (0-3/1-1).
Fue en este playoffs cuando la figura de Kiko Olivas se hizo gigante para advertir de que el sueño de ‘Primera’ no se iba a escapar. El Valladolid visitaba el campo del Numancia en la ida de la final. En el minuto 36, Kiko emergió en el área rival para poner el 1-0 en el marcador con un cabezazo imparable. Su primer gol con el Real Valladolid no podía llegar de mejor forma: “No me había estrenado en toda la temporada, no había tenido esa suerte, y justo en un partido tan importante abrir el marcador fue una alegría inmensa. Supuso mucho para el equipo porque el partido era muy complicado, en el campo del Numancia, y con ese gol se abrió mucho la eliminatoria y pudimos sentenciar en la segunda parte. Fue una alegría muy grande poder celebrarlo y poder ayudar al equipo”.
La familia, la parte que nunca se ve
El éxito en el fútbol no es fácil. La fuerza mental, la perseverancia, el sacrificio y tener gente que te apoye y te guíe por el buen camino a tu alrededor es muy importante.Kiko Olivas también ha sabido rodearse bien en este sentido, tal y como él mismo nos cuenta: “La familia es la parte que nunca se ve, pero es la que más sufre y nadie es consciente de eso. Mis padres, desde que era pequeño, se han sacrificado mucho para que pueda jugar, me han seguido siempre y han viajado a todos los sitios. Ahora mi mujer, con mis niños, es la que sufre más en los malos momentos y la que disfruta en los buenos, pero nadie ve esta parte que es muy difícil”.
Kiko se ha convertido en un modelo a seguir por los antequeranos más jóvenes que, como él, comienza a dar sus primeras patadas a un balón en los campos de fútbol de la Ciudad de Los Dólmenes. El futbolista antequerano lo tiene muy claro y así aconseja a las futuras promesas: “Lo más importante es disfrutar de lo que es el fútbol, de jugar, pasarlo bien, porque al fin y al cabo es un hobby, lo que más nos gusta hacer. Conforme vaya pasando el tiempo, hay que sacrificarse por los sueños, que son muy difíciles de conseguir, y para eso lo más importante es trabajar, trabajar y trabajar, y nunca parar, aunque las cosas no salgan bien un año, al siguiente puede cambiar todo, y lo más importante es seguir tu sueño hasta el final. Pero ahora mismo, cuando se empieza, lo más importante es disfrutar, esa es la base de todo”.
Volver a Málaga, una asignatura pendiente
Hace ya más de una década, más de 300 partidos en la categoría de plata y algunos encuentros en Primera que Kiko Olivas debutó con el Málaga Club de Fútbol en Segunda División con apenas 18 años. El antequerano se convirtió en una pieza providencial de aquel Málaga, que luchaba por no descender a Segunda B. Dicen que ser profeta en tu tierra es difícil y para este antequerano se ha cumplido momentáneamente. Actualmente, Olivas solo piensa en el Valladolid, donde está “muy contento” y cerca de “cumplir un sueño”.
Sin embargo, también admite que no cierra la puerta a volver en un futuro a su tierra: “Desde que me fui de Málaga nunca he vuelto a jugar allí. Siempre lo he comentado con mi gente que me gustaría volver a jugar en La Rosaleda. Ya veremos en el futuro, pero no cierro ninguna puerta nunca, y volver de donde salí es una ilusión grande”. Más información, edición impresa sábado 23 de junio de 2018 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).