Será que con los años me he vuelto más quisquillosa o que quizá me decidido a romper con lo establecido a golpe de teclas, ya que hay ciertos puntos que me duelen y me molestan. Este miércoles 14 de febrero se celebraba el Día de San Valentín, el Día de los Enamorados. Un día para vivir y felicitar el amor a todos los que nos rodean, no solo nuestras parejas, sino aquellos que como yo, aman la vida. Siempre felicito a todos, porque de una u otra manera, amamos a alguien, empezando por nuestros padres.
Ese día, el fútbol se coló en mi casa, se disputaba el partido de Champions entre Real Madrid y Paris Sant Germain. Todos me conocen y saben que es un deporte que me apasiona. Entre las noticias de ese día y las del día siguiente, se colaban los cortes y comentarios, porque eran eso, comentarios, de que los hombres lo iban a pasar mal porque las mujeres les ‘obligaban’ a celebrar el Día de San Valentín cenando fuera y sin poder ver el fútbol.
Fueron palabras hirientes que sigo sufriendo solo de pensar en ellas. Si piensan en todo el movimiento feminista en el que estamos metidos, como mujer, que ama, que trabaja, que le encanta el fútbol, no entiendo estas afirmaciones que lanzaron en televisión. ¿Acaso no hay hombres a los que el fútbol no les importa? ¿Acaso no hay mujeres que pasan de celebrar este día que se puede disfrutar a cualquier hora y momento de la semana?
Yo vi el fútbol, gracias a que mi hija estaba complaciente y no me pidió a llantos ‘dibujitos’, cené con mi marido. ¿Celebramos San Valentín? Lo hacemos todos los días. Si miramos días atrás sobre todo lo escrito de la polémica ‘portavoza’ Irene Montero, me pregunto qué sentido tienen determinadas palabras cuando se sigue pensando que el Día de los Enamorados es para la mujer y el fútbol es para el hombre. Aunque pensemos que son nimiedades, creo necesario dar ese empuje necesario para que nos demos cuenta de una vez por todas de esa forma de encasillar a unos y a otros.
Segura estoy de que son muchos los que piensan igual que yo. Es una ‘tontería’ todo lo que les digo, puede que piensen que sí; pero nuestra historia está marcada por millones de ‘tonterías’ como la que les acabo de contar. Creo que es hora de ver la Champions y celebrar el amor en todos los colores posibles.
