La fascitis plantar se produce cuando el tejido que forma el arco de la planta del pie (fascia) se inflama produciendo un dolor muy característico. Esta inflamación puede ser producida por causas tan diversas como el exceso de peso, una sobrecarga al practicar algún deporte, un calzado inadecuado, una mala postura o incluso por un estiramiento en exceso al subir las escaleras o al caminar.
El síntoma más palpable que presentan las personas con fascitis plantar es un dolor muy molesto y una rigidez mañanera tanto en el arco del pie como en la parte anterior del talón que puede llegar a ser incapacitante. En ocasiones, estos síntomas pueden tardar en aparecer bastante tiempo desde que se produce realmente la lesión. A veces la fascitis plantar coincide en el tiempo con el espolón calcáneo, que es otra patología que afecta a la planta del pie y más concretamente al talón, pero en realidad son patologías independientes.