Los miércoles toca hacer cuentas, y éstas arrojan un dato que ponen los pelos de punta. Así que si se quiere admitir que alrededor de quinientos fallecidos en un día, se pueda pensar que vamos en la buena dirección, los cálculos que tengan hechos los expertos, deben ser sobrecogedores. Ignorando en manos de quién están las cifras, que desde luego, no es el Ministro de Sanidad, este pobre hombre, se muestra más corto y cohibido que un conductor que le acaban de pillar en una infracción bien penalizada.
De lo que sí parece estar seguro es que aún no hemos llegado al período de Transición y que está frente a la cámara para contar lo que le dicen. Es muy plano su discurso, no transmite emoción alguna, y no se sale ni una coma del escrito que reposa en su atril. La censura revolotea y no debe caer en el mismo error que el General Santiago. Y encima tiene que enmendar la plana a la ministra que se ha ido de ligera a la hora de abrir las puertas a los niños. Ni un día, sale de su voz una palabra de pésame que alivie a esas familias que esperan, hasta una semana, para recoger las cenizas de su difunto. Ni un síntoma de debilidad; el barco de la gobernabilidad del País hace aguas por muchos lados, y hay que fingir que la gestión es la más apropiada.
Todo el poder en sus manos, quizá también el fracaso de no poder acudir a todo el territorio. Nuestra autonomía no tiene ninguna capacidad de decisión en estos momentos, si la hubiese tenido, las mascarillas defectuosas, que han tenido que utilizar los sanitarios del hospital de Antequera, Ronda, algunos en las capitales, se hubiese podido evitar. El Gobierno central se mueve entre bandazos y decretos ofreciendo una imagen de ocultismo e irresponsabilidad que apena profundamente.
Cada día vemos más lejos volver a la normalidad, empezando por nuestra libertad de decir lo que nos venga en gana sin censura. Es muy importante saber que hay muchas alabanzas al gobierno que no se sabe de dónde vienen, puede ser que ellos mismos las estén haciendo llegar para que los ciudadanos contesten “me gustan”. No es conveniente ignorarlas, porque le sirve a Tezanos para el CIS y al Gobierno para saber quiénes están a su lado. Todo es leve, no hay que preocuparse demasiado.
