Los semáforos parpadean dos veces. Ambar verde, ámbar rojo. Confuso. Voz grave, cavernosa espíritu hippie, diva bohemia hablamos de Marianne Faithfull. Ya sé que la muerte confiere un halo de santidad a todos, pero esta mujer de santidad nada. Confieso que no supe de su existencia o de su muerte hasta hace dos días. En esas noticias, titulares que pasan fugaces por la pantalla del ordenador mientras consulto Google con más o menos rapidez. Veo a Jagger muy joven y a esa chica y leo que fue compositora, hizo muchas canciones para los Rolling, esto captó mi la atención. Busqué canciones suyas en You Tube.
Oí, escuche, leí letras y sentimientos y conocí un poco más a esta mujer. Porque ¿quién conoce de verdad a quién? No me refiero concretamente a esta señora, hablo de nuestros conocidos, vecinos, amigos… ¿de verdad los conocemos? Seguro que hay recovecos de su personalidad a los que no llegamos, no son oscuros, para nada, sólo que lo superficial puede dejarnos reflejos en la retina y nada más.
Sonaba La balada de Lucy Jordan mientras Thelma y Luise corrían por la pantalla, hacia su destino de liberación por las carreteras Arkansas y Arizona. Mujeres que se rebelan contra los hombres, como la misma Marianne contra los Rolling a quien les ganó todos los juicios. Les componía canciones, fue autora de muchos de sus discos, y no la acreditaban!!!Eso estuvo muy feo! Teniendo en cuenta que ademas esta chica fue pareja de Jagger. Cuatro años de drogas, sexo y rock and roll. Tragedia y comedia, risas y lágrimas, como la vida mismas.
Tuvo momentos muy oscuros esta mujer y la que fue musa de la era del pop, vagó sin rumbo por “swing London”. Hasta que un día se recuperó a si misma, superó sus adicciones y levantó el vuelo de nuevo hacia los escenarios. Se quitó de encima la pesada carga de Jagger y brillo más que nunca y así se convirtió en una leyenda de la música de una época que ya no volverá.