jueves 18 abril 2024
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Un palo más en nuestras vidas: Ucrania

En cualquier rincón del mundo, las personas se levantan con sus problemas personales, profesionales y de la sociedad en la que viven. Tras dos años de pandemia, en lo que es una guerra mundial contra un virus provocado en un laboratorio, ahora surge la guerra de Rusia en Ucrania, como si de una tercera guerra mundial fuera.

Cuando se apagan los televisores, se desconectan los móviles y se guarda el periódico del día, queda uno ante sí. ¿En qué mundo vivimos? ¿Qué le vamos a dejar a los demás? Un nuevo ejemplo por el que se demuestra que nuestros organismos, en este caso internacionales, fallan. No están al nivel de lo que necesitamos. Si, por ejemplo, en Antequera nos unimos para poder ayudar a Ucrania sin problema alguno y de inmediato… ¿cómo es que las organizaciones internacionales y los países implicados no han buscado una solución para evitar la guerra? Fracaso de sociedad, fracaso de mundo, fracaso de humanidad.

Una guerra en la que nos sentimos reflejados porque estamos viendo la crueldad de la misma gracias a los medios de comunicación. Esas imágenes de niños muertos por el camino, el ataque al Hospital o la madre junto a sus dos criaturas, nos ha hecho ponernos en su sitio y sentir una angustia de poder estar en ese sitio en vez de esas personas que han perdido la vida. ¿Cómo es posible que se deje a Rusia hacer lo que está haciendo? ¿No se le para? ¿El dinero y los combustibles? Y por otro lado, ¿lo mismo que sufre Ucrania pasa en varios países de África y no somos conscientes?

Con todo lo que llevamos (el virus, el recibo de la luz, la compleja vida…), ahora una guerra que puede tener consecuencias, que ya las hay, que marquen los próximos años. Para nada nos sirve tener acceso a las nuevas tecnologías si no conseguimos dialogar y evitar estas muertes sin sentido. Y eso que la muerte nunca tiene sentido alguno, pero más si se hacen por orden humana.

Mientras, en la otra guerra diaria, se habla de quitar la mascarilla cuando casos y muertes sigue habiendo. ¿Tras Semana Santa a ver si no vuelve una nueva ola? Ya esperáis a septiembre para los colegios. Que se van a volver locos. Pero aquí el problema es el sillón, el que ocupan y el que quitan. En eso sí son rápidos.

Para terminar, ¿qué motivación puedes tener de reunirte, de preparar unas procesiones, con las imágenes que se están recibiendo desde Ucrania? Si hubo rogativas por la lluvia o por epidemias, hay que volcarse en las mismas para la paz y evitar las guerras. Unas pugnas que nacen del día a día, de cada uno, del interior  de  cada persona donde nace este odio de la guerra.

Nuestro recuerdo para todas esas personas que nos han dejado por el capricho de Putin y todos los que le rodean y con la pasividad de unas organizaciones internacionales que en teoría sirven para la diplomacia. Está visto que si no es don dinero, aquí nadie se mueve. Terminamos agradeciendo a quienes dan su vida por ayudar a esas personas que se han quedado sin casa y sin vida.

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