sábado 4 mayo 2024
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Lengua y Cultura VIII: Desiderata

En estos tiempos tan compulsivos, tan revueltos, tan confusos, tan indecisos, tan enigmático que nos ha tocado vivir y que nos tiene sumidos en una inquietante preocupación, cualquier texto que nos pueda aportar un poco de luz, de sosiego y de tranquilidad es lo suficientemente bueno e interesante para que lo leamos y reflexionemos acerca de su contenido, entre otras cosas, para alejarnos de cuántos, posiblemente sin la preparación suficiente o con intereses ideológicos o confesionales personales, pretenden adoctrinarnos para que sigamos sus orientaciones y el camino que nos indiquen. 
 
La mal llamada época de crisis, ¿cuándo no estamos en crisis si, por definición, todo momento en el que se pone en duda lo existente se llama crítico?, no debe engañarnos. Muy pocas épocas son llamadas clásicas, que no son más que unos momentos en los que se acepta el orden establecido y no se cuestiona nada.
 
Viene esto a cuento a lo que, por desgracia, estamos viendo cada día, ya con demasiada frecuencia. Se trata de los escritos y prédicas con que, cada vez que hay un atentado, nos obsequian representantes de las distintas confesiones religiosas, principalmente cristianas y musulmanas. Cada uno pretende demostrarnos el error del otro y convencernos de lo acertado de sus orientaciones y consejos y no se dan cuenta de que cada uno de ellos tiene sus adeptos, aparte de que cada uno de nosotros tiene formada su propia opinión y sabe cómo actuar adecuadamente sin necesitar de estos consejos, que, por repetitivos, carecen de toda eficacia. 
 
No reflexionan sobre el principio de la Gramática de que cuando un mensaje se repite mucho, su eficacia se va mermando hasta hacerse nulo el mensaje. Recuerdo los debates entre compañeros cuando veíamos cómo en las guardias difíciles alguno imponía a los alumnos unas copias de un tema determinado. Si ese profesor  repetía mucho ese castigo y, encima, no recogía las copias, los alumnos no le hacían el más mínimo caso. Lo mismo ocurría cuando se les amenazaba con llevarlos al Jefe de Estudios o al Director, si nunca llevaban a algún alumnos, no sólo carecía de eficacia este mensaje, sino que era motivo de risa y de burla.
Lo mismo está ocurriendo con los mensajes que en estos días nos bombardean por las múltiples redes sociales con motivo del famoso 1-O (uno de octubre). ¿Quién no ha recibido mensajes hasta la saciedad, la mayoría muy repetidos por todos nuestros agregados, acerca de esta ya famosa efemérides que aún no sabemos qué va a ocurrir? Cartas de uno y otro bando, con argumentos parecidos, pero que cada uno los interpreta a su manera, de escritores conocidos, de abogados, de políticos, de personas de influencia. 
Todos tratando de influir en nosotros para que comprendamos a cualquiera de los dos bandos, como si los españoles fuésemos analfabetos de verdad. Eso, hace unos años, cuando la transición, igual calaba en nosotros, pero ahora, ya con tantos años, yo los llamo de pseudodemocracia, y con tantas y tantas votaciones a las espaldas, poco o nada van a conseguir, si no es que discutamos y peleemos entre nosotros, para no llegar nunca a un acuerdo. 
Estamos necesitados de algo que nos tranquilice, que nos relaje y que nos permita hacernos una idea personal, sin ánimo de que trascienda a nadie, ni a la familia siquiera. Y como lo mío es la Literatura, qué menos que seleccionar un texto que reúna todas y cada una de estas exigencias que he enumerado antes.
Hace tiempo, cayó en mis manos una DESIDERATA que se decía había sido encontrada en la Iglesia de Saint Paul de Baltimore, Estados Unidos, en el año 1693 y que habitualmente suelo leerla, fundamentalmente cuando paso por momentos personales,  sociales o familiares difíciles, para centrarme y tomas alguna decisión de la que no tenga que arrepentirme más tarde. Tengo que  reconocer que, hasta ahora,  me ha ido muy bien. La tengo enmarcada en mi biblioteca y disfruto con su lectura.
 
De tanto leerla, casi me la aprendí de memoria, creí que era cierto lo que se decía de que había sido encontrada en esa fecha y en ese lugar. Afortunadamente, hoy todos tenemos acceso a la información que necesitemos gracias al Googles y, por curiosidad, en una de las lecturas de esta Desiderata, me ilustré acerca de todo lo que se había publicado sobre ella. 
Ya supe que no se había encontrado en esa Iglesia, ni en esa fecha, pero sí algunos datos curiosos, que merece la pena citar. Que es un poema que trata de la búsqueda de la felicidad en la vida, que los derechos de autor desde  1927 pertenecen a Max Ehrmann y que la Desiderata fue publicada en 1948 después de muerto su autor: Un abogado y poeta del estado de Indiana, que movido por un impulso, dijo: “Debería dejar un humilde regalo, un trozo de prosa que ha alcanzado nobles honores”. Y nos legó para la posteridad esta DESIDERATA, alcanzando, con ella, esos deseados honores.
 
Se convirtió, en los años sesenta del pasado siglo, en un culto al movimiento hippie y fue muy popular como “Símbolo de la paz”. Un movimiento que, como todos los que surgen de la nada, no gustó mucho en principio –hasta consiguió muchas antipatías y menosprecio de la sociedad de entonces–, pero que, con el tiempo, ha llegado a ser un referente cultural de esos años y a los que se les ha asignado, como seña de identidad, su carácter pacifista.
 
El 26 de agosto de 2010 se inauguró en Terre Haute, lugar de nacimiento del autor, una escultura de bronce de Max Ehrmann, sentado según he podido comprobar, a ras de suelo –como viene siendo habitual en la mayoría de las ciudades modernas de todo el mundo, menos en Antequera que aún se siguen colocando las esculturas en pedestales y lejos del alcance fotográfico de los admiradores–, cuyo autor fue Bill Wolfe y en una pasarela se escribieron algunos de sus versos para que pudiese ser leída más fácilmente por los transeúntes, ser recordada y que sus mensajes se cumpliesen. 
 
Con la que nos está cayendo con el ya más que famoso y cansino Referendum sobre la independencia de esta parte de España, Cataluña,  que está dividiendo a la sociedad española, he creído conveniente publicar esta Desiderata porque creo nos ayudará a relajarnos, a ver las cosas y los problemas con más tranquilidad y sosiego y, sobre todo, nos ayudará a no dejarnos llevar por voces, del bando que sean, que, en muchos casos sin saber de qué va, pero que muestran ser expertos en la materia, pretenden que tomemos partido. Seguro que, tras la lectura de ella, nos sentiremos mucho mejor con nosotros mismos y nos permitirá ver el resultado final con otro punto de vista menos crispante y peleador.
 
Desiderata
“Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio. Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas sin rendirte. Di tu verdad tranquila y claramente, escucha a los demás incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia. Evita las personas ruidosas y agresivas,  sin vejaciones al espíritu.  Si te comparas con otros, puedes volverte vanidoso y amargo; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. 
 
Disfruta de tus logros así como de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde; es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo. Usa la precaución en tus negocios; porque el mundo está lleno de trampas. Pero no por eso te ciegues a la virtud que pueda existir, mucha gente lucha por altos ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo. Sé tú mismo. Especialmente, no finjas afectos. 
 
Tampoco seas cínico respecto del amor; porque frente a toda aridez y desencanto el amor es perenne como la hierba. Recoge mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de juventud. Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja en la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo. Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas; tú tienes derecho a estar aquí. 
 
Y te resulte evidente o no, sin duda el universo se desenvuelve como debe. Por la tanto, mantente en paz con Dios, de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma. Con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso. Ten cuidado, esfuérzate en ser feliz”.
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