Es una nueva asociación local que un grupo de amigas y ésta que escribe, con más pena que gloria, y entretenimientos manoseados, hemos constituido para darle cobertura legal a un trabajo que veníamos realizando desde años atrás.
Es pequeña, y para pequeñas cosas, el último escalafón del desajuste económico que mantienen a muchas familias en un grado de penuria considerable. Cierto que en nuestra ciudad hay muchas ayudas, y gracias a ellas, un plato de comida, por sencillo que sea, no suele faltar en los hogares. Y reconociendo que los móviles suenan junto a las teles de plasma, el no disponer de unos mínimos ingresos que faciliten una adaptación social, vestuario, servicios, maneras de comportarse, integración que tanto suena y que la realidad hace tan difícil llevar a cabo, hace casi imposible a ciertos colectivos salir de la marginalidad.
Nuestra asociación, aún más ilusa que nosotras mismas, pretende en sus objetivos, llevar un seguimiento de algún chico que tenga capacidad de estudiar y el ambiente familiar no sea el más adecuado. Algún curso de cocina que facilite el aprovechamiento de los alimentos, de higiene, lo más básico para entrar en disposición de cambiar el entorno. Así que de pequeñas cosas hablamos, de las que tanto gustaban al Padre Paco, maestro de maestros en los temas solidarios, silenciosos y gratificantes. En estos momentos trabajamos en la venta de papeletas para la rifa de una camiseta del Real Madrid firmada por sus jugadores que se acompaña de un décimo de lotería de Doña Manolita. Expuesta en Copy calle Merecillas y donde pueden comprar participaciones.
Hemos renunciado al mercadillo solidario de pasadas navidades por actividades más cortas y continuadas en el tiempo. Es una constante disponer de ingresos por minúsculos que parezcan.
