Pues si hay que hacer desde aquí mención o promoción de otro periódico y de otra forma de enfocar el tratamiento de las necesidades informativas de las personas, se hace sin problema alguno. Y sin objeciones interesadas, que para algo la libertad de expresión ha sido uno de los grandes logros de esta sociedad contemporánea por la que transitamos. En repetidas ocasiones, esta columna ha hecho referencia a la escasez de buenas noticias en los distintos medios de comunicación y a la necesidad de cambiar el foco hacia lo esperanzador más que a la negatividad que tanto parece acompasar nuestro día a día. El foco, que no la objetividad de la verdad.
Y es que a mayor poder de la cadena de televisión o del periódico online que se contemple, mayor es la proliferación de los males que aquejan a este mundo. En esta ocasión, merece la pena resaltar la cada vez más habitual aparición de ediciones digitales de periódicos que pretenden ocupar un espacio donde la información positiva sea la verdadera protagonista. Cada vez más, para esta sociedad pesimista que tanto alienta lo negativo, se necesitan datos que hagan vislumbrar un mundo mejor y la esperanza de que a los que vengan detrás les esperan momentos más pródigos en lo referente a buenas nuevas y alegrías por llegar.
“La buena cara del mundo” es un término que corresponde al nombre de un periódico digital con una forma de hacer periodismo en positivo donde su equipo de redacción se centra en la investigación de cuestiones y notas relevantes a la vez que atractivas por su halo de buenos augurios. Y les debe costar mucho rebuscar lo bueno para ser publicado, porque al parecer debe haber poco tal como está la cosa. En estos días ha sido destacable su artículo recogiendo el caso de la mujer que desde su infancia ha superado diez tumores severos y la satisfacción de saber que su experiencia está ayudando a científicos a establecer nuevas vías de tratamiento para otras personas afectadas por este mal que tanto nos acompaña en la actualidad.
Esperanza puede ser la palabra que mejor impregne al lector de estos periódicos tan poco conocidos por la multitud de trabas que supone la escasez de recursos al no contar con accionariado potente que los respalde.
En un mismo sentido, citando el referido medio digital, ha hecho referencia a los trabajos de jóvenes investigadores granadinos que han encontrado elementos de un complejo de proteínas capaz de frenar tumores, especialmente en lo relacionado con las causas del desarrollo de cáncer de pulmón. Igualmente, refleja en otro de sus artículos la interesante información del descubrimiento de un equipo de investigación americano que ha encontrado un nuevo material a base de plantas capaz de sustituir los productos plásticos más contaminantes que contienen petróleo como las tradicionales bolsas. Qué alegría se experimenta leyendo todo lo bueno que está pasando, como sien nuestra integridad necesitáramos poner en el otro lado de la balanza el contrapeso de la bondad.
“La cara buena del mundo”, un modesto periódico, como este centenario Sol que nos alumbra informativamente cada semana, nació en plena pandemia porque sus editores eran personas cansadas de leer, ver o escuchar las mismas malas noticias de siempre. Como dicen sus creadores, su nombre obedece a la canción compuesta por el añorado Pau Dones, que fallecía en el mismo mes de junio en el que nacía el periódico, y se publicaba su primer artículo. “El lado oscuro”, ese era el título de la canción, empezaba: “Puede que hayas nacido en la cara buena del mundo, yo nací en la cara mala, llevo la marca del lado oscuro…”.
Y es que, al fin y al cabo, nacemos en el lado bueno del mundo y a fuerza de leer lo peor de nosotros mismos, nos quieren poner en el lado oscuro de la vida. Vamos a crear tendencia: busquemos el lado bueno de las cosas.
