Estimado director: Escuché antes de feria, que el Ayuntamiento iba a poner unos limitadores de sonido en las casetas, para que no fuera tan brutal el sonido ensordecedor en las casetas de feria.
Entiendo que los jóvenes quieran estar bailando al ritmo de la música, pero los mayores, queremos estar tranquilos en las casetas andaluzas. Y este año, de nuevo, no de pudo hablar en ellas, porque no se escuchaba a la persona que estaba al lado.
Espero que haya sido un error, o que haya coincidido cuando yo fui, que no bajé todos los días. Pero no se pueden anunciar cosas, que luego no se hacen o no se vigilan.
Así que espero que pata el próximo año, nuestro Excelentísimo e Ilustrísimo Ayuntamiento, vigile el volumen de los altavoces de las casetas.
¡No se puede hablar en la feria! ¡No se puede estar en sus casetas! Y lo peor… el infernal ruido afecta a nuestra audición, y eso hay que tenerlo en cuenta.
Muy agradecida si deciden publicar esta carta, con el fin de que nos «escuchen» de una vez.