Este domingo 4 de febrero se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer. Ante ello, la Asociación Española Contra el Cáncer se centra en el aspecto laboral. El cáncer paraliza el día a día y deja secuelas, lo que hace que sea un obstáculo para quienes lo padecen a la hora de volver a trabajar.
Quienes lo superan, según las estadísticas que comparten, un 34 por ciento de ellos tienen el problema de quedarse después sin empleo. Tras tener la suerte de seguir adelante, se encuentran que no pueden seguir trabajando.
Así, el 38 por ciento de las personas diagnosticadas de cáncer en 2023 se encuentra en edad laboral, lo que se traduce en 110.000 pacientes, según datos del Observatorio del Cáncer.
De hecho, un 28,4 por ciento de los pacientes de cáncer afirman haber perdido o dejado el trabajo después de la enfermedad. Esta problemática se ha abordado durante el acto celebrado en Madrid donde se ha abordado el problema.
Volviendo al titular de este editorial. ¿Ha llegado el momento que Antequera dé un paso al frente? Estamos seguros que tanto el consistorio como el colectivo comarcal trabajan en varios proyectos. Son muchas las necesidades e iniciativas. Pero tras preparar un artículo para el próximo Especial de Semana Santa, compartimos una sugerencia.
¿Saben ustedes que cada día, vecinos de la Comarca de Antequera y de la propia ciudad, son recogidos a primera hora en ambulancia, pasando pueblo por pueblo, para acudir a Málaga para recibir tratamientos oncológicos? ¿Saben que deben de aguardar allí hasta la tarde y regresar a casa bien entrada la noche?
Cierto es que algunos tipos de cáncer son tratados en el Hospital de Día del Hospital Comarcal de Antequera, pero no todos. La mayoría tiene que padecer un plus en el transporte complejo y en la espera a que terminen el resto de trasladados. Y luego ir de pueblo a pueblo hasta que le toque llegar a casa.
Es decir, que si vives en Málaga puedes tardar 30 minutos en ir y volver a tu vivienda, pero si vives en el interior, pueden ser de 2 a 8 horas más en ir y otras en volver. ¿Es esto humano? ¿Se puede evitar? Creemos que sí.
Volviendo a ese viaje en el tiempo, se nos ocurre. ¿Se imaginan que el Obispado, a través de alguno de los conventos sin uso, cediera con la colaboración de las órdenes religiosas, alguno de esos conventos para que fuera centro de día de cáncer de la Comarca de Antequera? Se nos viene a la mente Madre de Dios, o las Catalinas. Si en Santa Eufemia se acogen a refugiados, ¿no podrían las Catalinas o Madre de Dios acoger a enfermos de cáncer?
De esta manera, se ahorrarían tantas horas de carretera en esas ambulancias compartidas.
Quienes saben lo que es un tratamiento oncológico, conocen lo que se sufre durante y luego al subirse en un vehículo. ¿No sería Antequera capital de comarca en los tratamientos de cáncer?
Luego, al igual que se ayuda a otros colectivos en sus proyectos, esperar que las administraciones adapten estos antiguos conventos y la Junta de Andalucía que dote de personal para atenderlos en espacios amplios, a pie de calle, en pleno centro y con el silencio y tranquilidad de los conventos.
Sería una apuesta decidida, comprometida con las necesidades del siglo XXI. Algo que haría de Antequera, como siempre lo ha sido a lo largo de su historia, una ciudad pionera en ayudar a los demás. ¿Quién da el primer paso?