sábado 27 abril 2024
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¿Innatas o aprendidas? Habilidades sociales

Como psicólogo, a menudo encuentro personas con déficits en habilidades sociales. Es curioso, parece que damos por hecho que estas son innatas, o que se deben aprender en el seno familiar o escolar, si no es así, ¿no hay nada que hacer? Por supuesto que sí, es más, es imperativo destacar la importancia de entrenar estas habilidades para empezar y mantener relaciones satisfactorias y duraderas.

Aunque algunos rasgos sociales pueden tener una base genética, las habilidades sociales se desarrollan y perfeccionan en nuestras vidas; cada interacción social nos puede servir para desarrollar estas habilidades, que no son adornos, sino cimientos esenciales para el bienestar psicológico. La capacidad de establecer y mantener relaciones saludables se correlaciona directamente con niveles más altos de satisfacción y felicidad en la vida. El entrenamiento en habilidades sociales, por tanto, se convierte en una valiosa inversión.

La empatía se erige como el corazón de estas habilidades. Comprender y compartir las emociones de los demás no solo fortalece los lazos emocionales, sino que también contribuye a una mayor autoconciencia. La comunicación efectiva es otro pilar crucial. La habilidad para expresar pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa facilita la comprensión mutua y evita malentendidos. El manejo de conflictos, una habilidad a menudo subestimada, es esencial. Aprender a resolver desacuerdos de manera constructiva y compasiva fortalece las conexiones en lugar de debilitarlas.

En un mundo saturado de interacciones digitales, cultivar estas habilidades se vuelve aún más crucial. La tecnología puede conectar, pero el contacto humano sigue siendo insustituible. Las habilidades sociales son esenciales, pues no olvidemos que, como seres sociales, necesitamos construir relaciones significativas.

El entrenamiento en estas habilidades no solo enriquece nuestras relaciones, sino que también nutre nuestra propia salud mental. En un mundo que a menudo prioriza la rapidez sobre la profundidad, el cultivo de estas habilidades es un recordatorio vital de que nuestras conexiones humanas son la esencia misma de una vida plena y significativa.

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