sábado 4 mayo 2024
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Sala de Pediatría en Urgencias

Antes de nada me gustaría decir, que en estos días en los que se está viviendo con tanta cercanía la enorme tragedia que los telediarios nos traen de Haíti, resulta desde mi humilde opinión, casi insultante, referirte a temas sanitarios que comparados, nos debería hacer reflexionar de la suerte que tenemos al contar con el personal y los medios sanitarios siempre dispuestos a nuestro alcance.

Dicho lo cual, cada vez que por circunstancias me toca visitar nuestro hospital, me hago la misma reflexión: ¿se pueden mejorar algunas cosas?

Porque estoy totalmente segura de que, si alguien  busca emociones fuertes las podrá encontrar, sin duda alguna, en las urgencias de cualquier hospital, pero lo que hace peculiar al Hospital Comarcal de Antequera, es que se puedan vivir en primera instancia, en la sala de espera infantil. Allí desembarcas, con tu pena y tu hijo enfermo,  y empieza un peculiar gran hermano, en el que, después de varias horas de espera, los papás confraternizamos y nos contamos nuestras desdichas; la espera es casi siempre larga, ya sabemos, no hay pediatra abajo y los médicos de guardia, dentro de sus posibilidades, tienen que atender a adultos y pequeños.

Entonces desde nuestra sala pequeñísima, vemos los pasillos enormes, se va abriendo la puerta de entrada de enfermos que está justo al lado, y vamos observando el «triste» desfile… Un joven que, según cuchichean, ha intentado suicidarse con pastillas, una chica gritando con un doloroso cólico nefrítico, una abuelita que no puede respirar… Detrás familiares llorando, algunos entran en nuestra pequeña sala, claro, la habitación de reanimación está enfrente; nos acercamos, intentamos dar ánimos, nos da pena… Hasta que tropiezas en medio de la escena con los ojos febriles de tu hijo y las miradas asustadas de otros pequeños, se quieren ir le dan miedo los médicos corriendo. Una mamá con su pequeño en brazos se agobia, pierde los nervios, le grita al pobre enfermero, lleva dos horas esperando, otro papá se marea hace mucho calor, viene muy abrigado, van a poner una reclamación… Escuchas atenta los topicazos de siempre… «Si uno viniese con el dinero por delante verías lo poco que tardaban en atenderte, pero ya se sabe». «Míralos, hablando por el móvil tan tranquilos, seguro que el médico está durmiendo». Yo pienso y observo, como en una pequeña ratonera todos son ratones. 

Si alguien quiere aconsejar a su hijo para que se decida a estudiar una carrera, por favor, que le aconseje la de medicina, a poder ser, la de pediatría, pero con conocimientos arquitectónicos-psicológicos, y con mucha suerte, que tenga «contactos» para que aconseje a quien se deje aconsejar, para situar con lógica, una sala de espera infantil, y recuerde que las últimas hornadas infantiles-adolescentes adictas a los iboprufenos varios, tienen memoria desde casi sus inicios de feto, eso dicen, y como gracias a Dios, no están acostumbrados al dolor más que por televisión, podrían traumatizarse en una sala de hospital, perdiéndose los que podrían llegar a ser grandes profesionales de la medicina.

 

LOURDES ESPEJO ESCOBAR

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