viernes 29 marzo 2024
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El pronunciamiento del general Riego, 200 años después (y III)

Con la ratificación en sus puestos de los antiguos miembros del Ayuntamiento Constitucional de 1814, se inicia el tránsito hacia esta nueva etapa dentro del denominado Trienio Liberal. 

En primer lugar, asistimos a cierta inestabilidad y confusión, el consistorio recibe notificaciones tanto de las autoridades provinciales de Sevilla como de Granada, incluso, a veces, unas órdenes contradicen a otras. Por lo que deciden notificar tal situación requiriendo la especificación a qué circunscripción pertenece la ciudad para obrar en consecuencia.

Tras el paso de las tropas, se asiste a la llegada a la Corporación de quejas que provienen del pueblo, expresados por los Síndicos en las diferentes sesiones capitulares. Llama la atención, la queja presentada por los Síndicos del Ayuntamiento en la sesión de 20 de abril de 1820, acerca de la ocupación de la vivienda de la familia del vecino Miguel Quirós. La casa de este vecino debía alojarse un teniente coronel del Regimiento de Infantería de Jaén. Una vez mostradas las estancias que debía ocupar el citado militar “un dormitorio de cinco varas cuadradas (1), y para la audiencia diaria y despacho o recibimiento otra mayor; ambas con todo lo necesario”. El teniente coronel se mostró disconforme al considerar que necesitaba más espacio ya que le acompañaba toda la familia, así como dos carretas de equipaje. (2). 

Ante tal situación, Miguel Quirós decidió, a costa de la incomodidad de su propia familia, cederle más espacio notificando a la propia corporación su queja por tal trance. Se registran otras quejas de otros sectores de la población como el Gremio de Zapateros, solicitando el pago del género suministrado a las diversas tropas que han transitado por la ciudad. 

Entre los distintos problemas que deben abordar tras esta tumultuosa situación encontramos temas referentes a la salud pública como la adopción de medidas eficaces para evitar las ‘gatunerías’ o venta clandestina de carnes. Para lo que se decide encargar a dos comisarios la supervisión de estas ventas. 

También se demanda, por parte de los síndicos, que no existan muladares ni corrales dentro de la ciudad, así como la prohibición de la entrada de ganado cabrío a las casas de la ciudad. Por último, remediar los hoyos y zanjas de las madres y cañerías del pueblo y que se pongan vallas o parapetos a evitar la caída de ciegos y otros peligros y que los escombros de las obras se saquen a las canteras.

Como se puede apreciar se va retomando la normalidad tras el impacto que supuso el levantamiento del General Riego, estableciendo un nuevo sistema político. Incluso se propone al Ayuntamiento a petición de vecinos de la ciudad el cambio del nombre de algunas calles para dedicárselas a los “héroes que han rescatado a nuestra Patria….proponemos que queden abolidos en esta ciudad los nombres de las calles Diego Ponce, Calzada, Duranes, Estepa y Lucena, sustituyéndolas por Laci, Porlier, Acevedo, Riego y Quiroga… quedando a nuestro cargo los gastos que cobija la colocación de los mármoles, donde se grabarán las letras de oro de los expresados nombres… Confiamos que Vuestras Señorías acogerán esta propuesta hija de nuestro puro patriotismo y que identificándose con nuestros sentimientos contribuirán por su parte a ilustrar unos nombres que deben ser tan queridos por todos los Españoles que respiramos el delicioso ambiente de la libertad, Antequera a 25 de Abril de 1820”. (3).

El Ayuntamiento acoge con agrado tal petición, acordando el cambio. Como hemos podido comprobar a lo largo de estos artículos, el levantamiento del General Riego supuso a nivel local comprobar el impacto del paso de las tropas, los inconvenientes surgidos, así como las nuevas preocupaciones de gobierno y las nuevas personas que toman las riendas de la política local. 

(1) La vara era una medida de longitud cuyas dimensiones variaban de una provincia a otra. La medida de vara más usada era la castellana o de Burgos que equivalía a 0,8359 metros. En la provincia de Málaga se mantuvo esa medida como se puede comprobar por la obra “Tablas populares de reducción de las pesas y medidas antiguas de Málaga y Castilla, a las legales del Sistema métrico decimal de Camilo Labrador Vicuña, 1868.

(2) Archivo Histórico Municipal de Antequera. Fondo Municipal. Gobierno. Ayuntamiento Pleno. Libro de actas capitulares, 1820.

(3) Ibídem.

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