En Distribuciones Narbona Solís llevan 25 años al servicio de la hostelería con la clara misión de distribuir al por mayor productos de máxima calidad a través de su amplia y exhaustiva selección de vinos nacionales e internacionales.
Precisamente de sus vinos, una pieza clave en el engranaje de Narbona Solís es su sumiller, Javier Martín. Con él hablamos y empezamos por algo tan básico como saber qué es el vino.“El vino es una bebida que se obtiene de la uva, mediante un proceso de fermentación alcohólica de su mosto o zumo. Depende de muchos factores ambientales: clima, latitud, temperatura, suelo, horas de luz… no sólo es sacar el zumo de la uva y ‘meterlo en una botella’”.
Sobre la diferencia entre vino blanco, rosado y tinto: “Todas las variedades de uvas tintas tienen la pulpa blanca, y la que aporta el color y donde se encuentran la mayoría de aromas y taninos. La diferencia entre vino blanco y rosado, es que al estrujar la uva tinta para hacer el rosado, se dejan las pieles macerando con el mosto, a mayor tiempo, mayor concentración de color y aromas”.
“Para elaborar vinos tintos, la pieles se dejan en contacto con el mosto durante la fermentación, que dura algunos días, así se consigue una gran extracción de aromas, taninos y de color”, añade.
El mejor vino
En cuanto al mejor vino, Javier tiene su visión: “Para mí, y para todas las personas de este mundo siempre tendremos distintos estereotipos de vino en la mente, a mí me gusta más el Ribera del Duero, pero el caso es que asociamos ese vino a un momento, a una circunstancia y nos puede saber mejor o peor, igualmente lo disfrutamos más o menos”.
Para Javier el momento y el lugar donde se beba el vino es vital para conocer cuál es el mejor vino: “Al final el mejor vino es el que más nos guste y el que más disfrutemos dependiendo siempre el momento y el lugar”, añade.
Oler el vino
“De primera mano, el vino huele bien, sobre todo los vinos generosos… A copa parada nos dará un aroma distinto que al agitarla después, y a la media hora de tener ese vino en la copa nos dará distintos aromas, y si la dejamos hasta el día siguiente, pues te dará aromas, ya algo oxidados, pero al final tiene importancia el oler el vino”, explica.
Conservación y temperatura
“Lo ideal sería de forma horizontal si son vinos de guarda o vinos con corcho que no se vayan a consumir en cierto tiempo debido a que el líquido que tenemos dentro de la botella necesita estar en contacto con el corcho para prevenir esa entrada de oxígeno… Para los vinos espumosos recomiendo de 7 a 9 grados y blancos, jóvenes, sencillos y de calidad media entre 10 y 11 grados… Los tintos jóvenes a 11-13 grados y los viejos y con madera a unos 15-18 grados”, destaca.
Un buen conocedor del buen vino que atesoran las bodegas de Narbona Solís.