La gota se produce cuando el ácido úrico que circula por nuestra sangre presenta un valor tan elevado que se acumula alrededor de las articulaciones produciendo inflamación de las mismas. De esta manera, podemos considerar a la gota como un tipo de artritis, ya sea aguda o crónica, que es hereditaria y más frecuente en los hombres.
Evidentemente el ácido úrico aumenta en la sangre cuando existen problemas para su eliminación real o bien porque su producción es más elevada, normalmente a consecuencia de la dieta. También puede deberse a la utilización de ciertos medicamentos como los diuréticos o a complicaciones de otras enfermedades como la anemia hemolítica, el cáncer, la insuficiencia renal o la diabetes. Aunque realmente la causa exacta que produce la gota aún hoy en día se desconoce, ya que no todos las personas con el ácido úrico alto desarrollan gota.
El principal síntoma que produce la gota es bien conocido por todos, se produce una inflamación del dedo gordo del pie muy característica que suele comenzar por la noche. Los cristales de ácido úrico también se pueden acumular en otras articulaciones del cuerpo como en las rodillas o en los tobillos e incluso en órganos como el riñón. El diagnóstico lo confirma un análisis de sangre que pone en evidencia la hiperuricemia, normalmente superior a 9 md/dl. El tratamiento de la gota aguda incluye por supuesto antiinflamatorios y analgésicos. Para la gota crónica además se utilizan fármacos como el alopurinol que disminuyen los niveles de ácido úrico. Estos pacientes deben evitar la obesidad y la ingestión en exceso de ciertos alimentos como las carnes rojas, las vísceras, el marisco y por supuesto el alcohol (cerveza) y las grasas. Para finalizar, reconozco que el buen comer es un verdadero placer, más aun si se comparte en pareja y de postre algo íntimo.
