Pues más trabajo van atener los jueces,digo yo, ahora con la detención de Zaplana, incremento de trabajo, suele llamarse. En fin, se confirman mis sospechas, el partido del gobierno no tiene gente corrupta no, la corrupción es su modus vivendi.
Treinta jueces del tribunal supremo se suman a la huelga para pedir o reclamar, elijan el verbo que les guste. Más independencia fiscal y judicial. Lo que me llama la atención son los nombres de Moral y Colmenero, magistrados del caso Noos. Me imagino que, estarán encontrando puertas cerradas y muros infranqueables a montones, también los jueces hallan dificultades. Cuando uno protesta sigue un trámite y ellos lo han seguido no me cabe duda, pero a cada paso les daban con las puerta en las narices.
No los oyen, no les hacen caso. ¡Pues claro que hay mucho juez desilusionado! y remarco que el ministerio no se quiere enterar de ello, no le interesa el trabajo de los trabajadores de la justicia, no le interesa recordar que su cometido es un servicio público. Jueces y juezas, fiscales con nombre y apellidos quieren expresar con esta huelga su profundo malestar. Dicen que están olvidados por el ministerio cuando lógicamente consideran justas, sus peticiones.
Modernización de edificios, estructuras, soportes técnicos, esto hasta podría escribirlo en mi reivindicación como profesora ahora que caigo. También demandan la descongelación de los salarios, en stop desde el 2012. Ellos dicen, estos jueces y magistrados, fiscales y juezas que hacen la huelga que desean la modernización de la justicia.
Y de buena tinta sé que esto de los paros o huelgas no les gusta, pero visto lo visto no han tenido otro camino. Si hablamos de Constitución, ellos quieren cumplir con su papel constitucional. Entre sus peticiones está la dimisión del ministro Catalá por su intromisión en asuntos que no le concierne. Las togas y sus ocupantes tienen la palabra.