sábado 4 mayo 2024

Turgencia

Si buscamos en un diccionario el significado de la palabra turgente descubriremos que puede tener varios sentidos: abultado, hinchado, prominente, vigoroso, elevado, tenso, abombado, redondeado… Quien sabe en lo que estarán pensando en estos momentos, pero les aseguro que la turgencia nos puede ayudar a diagnosticar una situación potencialmente peligrosa.

Me estoy refiriendo a la turgencia cutánea, que es la facultad que tiene nuestra piel de cambiar de forma y volver a su posición habitual. La turgencia está producida por la presión que ejercen los tejidos y los fluidos del interior del organismo. Esto de entrada parece una propiedad poco importante, pero sobre todo ahora en verano nos puede ser muy útil. En la época estival en la que nos encontramos una deshidratación puede producirse por diarreas, por vómitos, por excesiva sudoración por insolaciones e incluso por una ingesta de líquidos insuficiente. Un diagnóstico muy simple, pero a la vez muy eficaz, se realiza directamente observando la turgencia de la piel del individuo en cuestión.

Bastará con coger a modo de pellizco la piel levantándola unos segundos y observando cuanto tiempo tarda en volver a su posición normal. Para esta prueba se utiliza la piel de la parte baja del brazo, del dorso de la mano o incluso del abdomen. Si la piel se mantiene elevada y no vuelve rápidamente a su posición original es indicativo de deshidratación, si esta situación es bien palpable podría tratarse de una deshidratación severa. En este caso hay que acudir lo antes posible al médico para que instaure sin demora el tratamiento, que incluirá lógicamente una reposición intravenosa de fluidos.

Para finalizar, hoy muestro mi admiración por aquellas personas que se esfuerzan diariamente por mantener su forma física, en su constancia diaria radica su éxito.
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