Mucho han tenido que pelear para buscar una solución, antes de decidir el cierre de la iglesia-conventual de las dominicas, de las Catalinas del Coso Viejo. Pero es cuestión de días tras el anuncio oficial de este jueves. Tiene que ser muy dura la situación que vive la comunidad local de las Catalinas.
Que se marche esta comunidad en puertas de 385 años de su venida, deja muchos apuntes. Históricamente, cuatro siglos de dominicas, rezando por la comunidad, por los habitantes. Una orden muy relacionada también con Santo Domingo, con la Cofradía de “Abajo” con la que siempre ha tenido relación.
Su salida sigue a las de Santa Eufemia y Madre de Dios, los últimos dos conventos que tuvieron que cerrar por falta de vocaciones. Se espera que la salida sea más próxima a la de las Mínimas que a la de las Agustinas.
De todos es conocido la situación de Madre de Dios. 19 años después del cierre en 2004, se espera poder volver a visitarla y comprobar si se mantiene el interior en buen estado y si están todas las imágenes y demás bienes protegidos por ser Bien de Interés Cultural (BIC).
El convento está destinado a un nuevo uso (residencia, hotel) y la iglesia a un museo o centro de culto. Durante mucho tiempo se habló de ser la sede ideal de la Agrupación de Cofradías. Algo que la actual presidenta, Trinidad Calvo, no veía mal. Pero hace falta sentarse entre las agustinas de Sevilla (casa a la que fueron religiosas y bienes de aquí) y el Obispado, que es quien cuidará del templo.
Pero se espera que Las Catalinas tengan un fin parecido al de Santa Eufemia. La iglesia se mantiene como templo al culto de la Patrona. Y el convento se ha cedido como centro de refugiados.
Vamos por partes. La iglesia. Al conocerse el cierre próximo surgieron dos preguntas: qué va a pasar con el culto a Fray Escoba y con el patrimonio del templo. La Iglesia, el Obispado, debe de ser consciente de la devoción de San Martín de Porres. ¿Buscará alguien que abra el templo los miércoles? ¿Trasladará la imagen a otra iglesia?
Las obras de arte al no ser un BIC, pueden trasladarse a donde va la comunidad religiosa: Jaén. En otros casos, como en Santa Eufemia, las monjas optaron por mantener todo lo que tenía la iglesia y trasladar lo del interior del convento al no tener ya uso religioso.
En Las Catalinas, además de la imagen de Fray Escoba, el Altar Mayor está presidido por una Virgen del Rosario, realizada por Diego Márquez. Hay además dos grandes lienzos, uno del Dulce Nombre de Jesús y otro de la Virgen de las Angustias, así como obras pictóricas de descendientes de Antonio Mohedano. Y entre los Niños Jesús, tanto en la iglesia como en el interior del convento, una amplia colección de obras de Miguel Márquez y Andrés de Carvajal.
Por tanto, en el caso que la iglesia no se abriera al culto, la ciudad podría disponer de un nuevo espacio para sus visitas. ¿Un museo conventual? ¿Una iglesia para visitar como San Juan de Dios? Abriendo al aspecto cultural: ¿una sala de conferencias, exposiciones o actos?
Y el convento. Un edificio relativamente moderno de hace pocos lustros que podría ser ideal para: residencia de ancianos (así la capilla podría ser el templo), centro de día de personas mayores, academia de mayores o cualquier uso.
La ciudad suma un nuevo espacio disponible y es el momento de actuar y que no pase como lo de Madre de Dios. Seguro que las autoridades lo tienen ya en mente.
